Análisis God of War: Ascension

Kratos no es Lara Croft, por lo tanto no es un especialista en las plataformas. Si bien hay más escenas de saltos, todo funciona de manera automática excepto en el momento que tenemos que saltar de un saliente a otro sin caer al vacío, pero nada nuevo que no hayamos visto en anteriores entregas.

Siguiendo el apartado de plataformas, la novedad de las fases de deslizamiento son un pequeño soplo de aire fresco y que además nos proporcionan momentos muy espectaculares. Las secuencias son muy rápidas con Kratos deslizándose ágilmente por escenarios repletos. Son la parte más divertida de la aventura en la sección de plataformeo.

Apartado gráfico al límite

Con Playstation 4 a la vuelta de la esquina y Playstation 3 rozando el limite en su apartado técnico, ‘God of War: Ascensión’ es uno de los videojuegos con mejores gráficos que hemos visto en la plataforma de Sony, es ‘God of War III’ multiplicado por dos.

Los escenarios son preciosos con un nivel de detalle sin igual, los rasgos faciales de Kratos siguen estando a un máximo por encima de cualquier otro juego del género. Kratos consigue con una mirada indicarnos su próximo movimiento, su nivel de detalle en texturas es formidable y junto con él, el resto de enemigos gozan de una apartado gráfico impecable.

A diferencia de ‘God of War III’, esta nueva entrega contiene escenarios más abiertos y la mayor parte de ellos surgen a la luz del día, momentos que se pueden apreciar el trabajadísimo apartado gráfico del juego. Las mejores escenas se pueden ver en las del combate, cuando la cámara se aleja para que apreciemos el lugar mientras al fondo del nivel vemos a la “hormiguita” de Kratos luchando con los enemigos al mismo tiempo que alucinamos con el escenario.

En la aventura hay escenas memorables dentro del apartado técnico, la primera hora de juego es simplemente magnifica con escenarios interactivos en el que se mueven mientras luchamos. Otras grandes escenas las tenemos dentro del nivel de la torre de Delfos, con serpientes gigantes mecánicas que nos llevan alrededor de la torre mientras nos encontramos “montados” encima de algunas de ellas.