Gamefest: ¿Éxito o fracaso?

Todo un acierto. Si queremos hablar del posible éxito o no de la cita sólo tenemos que atender a las cifras que la organización ha facilitado. Más de 40.000 personas, entradas agotadas el sábado y el domingo, más de un 40% de asistentes venidos de fuera de Madrid, más de 500 medios de comunicación acreditados, corresponsales portugueses, ingleses, franceses, argentinos, venezolanos... sólo había que ver los ojitos de Pablo Crespo, Director de GAME España, brillar ante el apoyo masivo que compañías y público han brindado a su magna propuesta, expresando en voz alta que tal vez, el año que viene, haya que ampliar el recinto... No todo ha sido de color de rosa y por supuesto hay muchas cosas que mejorar, pero lo cierto es que se nota que se han hecho las cosas bien, se han preparado con tiempo, apostando fuerte desde el principio por convertirse en la feria referente en España y que han contado con el apoyo de prácticamente todas las distribuidoras importantes del sector. Allí estaba Microsoft con su Kinect y su Fable, Sony con su GT5, su Killzone3, su Little Big Plannet 2 y su Move, Nintendo con Donkey Kong Country Returns, Epic Mickey y Zelda: Skyward Sword... pero no sólo eso, también EA trajo Sims 3, Medal of Honor, Dead Space 2, Need for Speed: Hot Pursuit, Ubisoft llevó Assassin's Creed, SEGA sus Sonics y su Vanquish, Koch Media su Final Fantasy XIV y su Marvel Vs Capcom 3, Konami su Castlevania: Lords of Shadow, THQ su UDraw, HomeFront o WWF 2011... grandes títulos que todo el que se acercase por la feria podría probar y disfrutar antes que nadie, sin duda una oportunidad única.

Si me pongo en el lugar del público el Gamefest me parecería una pasada, por sólo 6 euros (3 si soy socio del GAME) tendría un día entero donde poder jugar a títulos que, en algunos casos, no veré en mi consola hasta el año que viene. Probar Killzone 3 en 3D, echarme unos bailes con Kinect para ver si funciona como Dios manda, ver a chicas despampanantes vendiéndome Just Dance 2 con sensuales coreografías, grabar un anuncio para New Super Mario Bros, sacarme una foto con Ezio, con Kratos y con Lara Croft, poder presumir ante mis amigos de que probé el próximo Zelda, llevarme a casa camisetas, posters y algo de merchandising, recordar mi época de Atari y las máquinas de pimball, reflexionar sobre el trabajo de beta teaster y la influencia de la publicidad o del cine en los videojuegos... al final posiblemente regrese a casa cansado pero satisfecho y con muchas ganas de volver al año siguiente.