Análisis Final Fantasy XIV: A Realm Reborn

Welcome to the wonderful Eorzea

El aspecto más negativo de 'Final Fantasy XIV: A Realm Reborn' es sin duda alguna el idioma. El 100% de MMO siempre llegan como mínimo en inglés, es algo que los usuarios de este género ya tienen asumido, pero es en la elección de las otras lenguas que van a acompañar a la de Shakespeare donde siempre cabe la esperanza de que se encuentre la nuestra. Square Enix ha decidido que el juego llegue en alemán, inglés y francés, dejando completamente de lado al español. Incluso en la tienda de la propia página web oficial del título, donde indica en qué comercios de diversos países (Australia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Suecia o Italia, entre otros muchos) podemos hacernos con 'A Realm Reborn', se olvidan de latinoamérica y España.

Esta barrera lingüística puede suponer un gran impedimento para los fans de la saga que quieran disfrutar de este título. No olvidemos que, al fin y al cabo, es un 'Final Fantasy' y como tal tiene una historia principal y mucho texto tanto en misiones principales como secundarias. Al final, acabas saltándote la mayoría del diálogo porque o bien no lo entiendes o te cansas de leer en inglés, por lo que perdemos un atractivo del juego que, si bien no es el más importante (hablamos de un MMO, al fin y al cabo), le da un mayor sentido a nuestras aventuras por Eorzea.

Aunque no entendamos la trama, siempre nos quedarán las cinemáticas

Afortunadamente, 'A Realm Reborn' tiene muchísimas virtudes que hacen que podamos disfrutar de él sin prestar demasiada atención a la trama, y una de ellas es el maravilloso apartado gráfico que, esta vez sí, está fabulosamente optimizado para PC. Jugar con todo al máximo es, sencillamente, una maravilla. Cada elemento que aparece en pantalla está cuidado hasta el más mínimo detalle, siendo los diseños de ciudades, casas y escenarios de lo mejor que se ha visto en un MMO hasta la fecha. Muchos juegos de este género siempre han contado con un gran mundo abierto pero con paisajes y zonas demasiado desiertas, poco decoradas. Esta sensación jamás se tiene en el nuevo 'Final Fantasy XIV', gracias también a que existe paso del tiempo (amanecer, día, ocaso y noche) y cambios meteorológicos (cielo soleado, nublado, etc) que lo hacen todo muy dinámico.

Caminar por las tierras de Eorzea es toda una experiencia gracias a la calidad artística y gráfica, pero no podemos dejar atrás la viveza de sus escenarios, repletos de monstruos de distintos niveles y formas que conviven en un mismo lugar, y la cantidad de jugadores que podemos encontrar hasta en el punto más recóndito y a los que nos podemos unir para que nos echen un cable en nuestra misión. Al estar todo basado en el universo 'Final Fantasy' es una auténtica gozada para un fan de la saga el poder cruzarte continuamente con chocobos, cactilios, moguris o monturas Magitek, y rememorar una entrega tan célebre como la séptima al ver que algunas armas y armaduras pueden mejorarse con Materia. Incluso los tutoriales están llenos de guiños hacia los juegos anteriores, pequeños detalles que sacan una sonrisa y gustan a los fans.

Ni un jugador nudista puede estropear el paisaje

La banda sonora es otro de los elementos sobresalientes, de matrícula de honor de este 'A Realm Reborn', que nada tiene que envidiarle a la del resto de juegos de la saga. Cada una de las piezas orquestales es realmente épica, presentando variaciones en función de si es de día o de noche en el mundo de Hydaelyn. En ningún momento una pieza se hace repetitiva, más bien todo lo contrario, dan ganas de permanecer en una ciudad o sitio para volver a escucharlas. Además, como todo buen 'Final Fantasy', tiene distintas melodías de combate en función del tipo de enemigo y la importancia de la batalla en la historia. Tampoco podían faltar los guiños: es de agradecer volver a escuchar canciones tan clásicas de la saga como el tema principal de los chocobos cuando nos subimos a uno de nuestros amigos alados.

Se ha hecho un trabajo excepcional en todo el apartado sonoro. No solo en la música, sino también en los efectos de sonido al saltar, golpear, correr, ejecutar habilidades en combate, en los gritos de los innumerables monstruos y en la gran variedad de voces de los personajes para las distintas razas. A ello hay que sumarle el correcto doblaje de la mayoría de cinemáticas del juego. Y decimos la mayoría porque, desgraciadamente y como pequeño punto negativo, hay otros vídeos y conversaciones importantes de la trama principal que quedan un poco descafeinadas por la ausencia de voces, las cuales esperamos que se implementen en futuras actualizaciones.