Análisis Far Cry 3

Vaas Montenegro.

Far Cry 3 nos cuenta la historia de Jason Brody y sus amigos, que como cualquier grupete de amiguetes, deciden irse de vacaciones a un lugar maravilloso. Allí nuestros amigos disfrutan de todo tipo de sensaciones, desde los deportes más peligrosos hasta los lugares más lujosos, el problema es que no saben que se encuentran dentro de una guerra entre una tribu y unos salvajes piratas.

Es allí donde conoceremos por primera vez a Vaas Montenegro, uno de los mejores malvados que ha podido dar la industria de los videojuegos, a la altura del Joker de Batman Arkham Asylum e igualando la maldad del “otro” Joker del Caballero Oscuro de Nolan. 

Vaas es aquel personaje que estas deseando ver en tu pantalla, aquel tipo que te dan ganas de apuñalar y, al mismo tiempo, acabas cogiéndole hasta cariño, y no precisamente por su simpatía. Vaas es quizás el personaje más cabr** que se ha podido ver en un videojuego, una mente trastornada que solo desea ver la muerte en sus alrededores.

Y es que este personaje es el centro de la historia del videojuego, a pesar de que no le han aprovechado como deberían, y al final con Vaas acabas con un ¿y ya está? Sus intenciones dentro de Far Cry 3 no acabas descubriéndolas hasta que pasas unas largas horas con el videojuego. 

Al principio piensas que es el típico pirata que solo busca asesinar y raptar para sus propios beneficios, pero al final es como aquel magistral Heath Ledger maquillado como el Joker en `El Caballero Oscuro`, en el que utiliza su propia maldad e inteligencia para simples beneficios mentales. Al final acabas enterándote que detrás de Vaas hay alguien más, alguien mucho peor que Vaas, y este es el que busca raptar a jovencillos multimillonarios para utilizarlos como rehenes y así conseguir billetes para otros temas que ya todos podéis imaginar.

Dentro de todo este lio nos encontramos a Jason Brody, un personaje que empieza como un "Don Nadie" asustado hasta de un gato, y acaba convirtiéndose en uno de los mayores supervivientes que jamás hemos conocido.