Análisis Duke Nukem Forever

Duke y su EGO

A lo largo de la aventura te das cuenta de cómo eran los shooters en su gran época dorada, los puzles eran más bien nulos, los tiroteos eran continuos y sin razón alguna, el personaje principal no paraba de decir comentarios absurdos y el final del videojuego se quedaba en un insulso video de décimas de segundo que te lo dejaban abierto para una nueva entrega. Esto es Duke Nukem Forever, lo tomas o lo dejas.

Y es que entre tanto tiro y pibas enseñándonos sus mejores ángulos, existe una sola pieza en todo esto que hace que el juego funcione correctamente y que sin ello todo se iría al traste como cual Piratas del Caribe sin su Jack Sparrow, y ese es Duke Nukem. Su universo, hecho a medida, hace que cada paso que demos tengamos ganas de seguir descubriendo que memez podemos hacer en Duke Nukem Forever, algunos de los ejemplos que os podemos describir es como el de coger un excremento del baño y lanzarlo como un balón de futbol por el escenario dejando su indescriptible marca en donde la lancemos, escribir en una pizarra lo que se nos ocurra (que seguramente no será algo normal), buscas vibradores para nuestras trabajadores del local de Streaptease e incluso echar unas partiditas al pinball antes de seguir con el rescate de nuestras mujeres.

Son un sinfín de situaciones, que nos harán disfrutar de algo completamente diferente de lo que nos tienen acostumbrados el resto de shooters, y es que además este tipo de secciones interactivas nos vienen bien para continuar con la aventura, el tener un placentero momento de sexo oral en los agujeros del baño de los servicios, harán que el EGO de nuestro protagonista aumente, y es que Duke Nukem Forever también utilizará algunas de las mecánicas de los juegos actuales, como el de aumentar la vida de Duke a través de puntos, que en este caso se conoce como el EGO, cada situación de este tipo que tengamos, como la de leer revistas eróticas o conseguir un record jugando al pinball, aumentaran el EGO de Duke. Esta es una de las cosas por las que te animan a seguir con el videojuego, el universo de Duke es divertidísimo y cada situación que nos ofrece en cada nivel es aún más divertida, fuerte y obscena que la anterior, eso sí, algunas escenas no son aptas para menos de 18 años.

La parte más divertida sin lugar a dudas son las fases de vehículos que incluyen situaciones con un Monster Truck, un cochecito de juguete e incluso una carretilla elevadora, donde nos podremos mover libremente por escenarios mucho más amplios y en donde surgen las situaciones con más acción de todo el juego, como por ejemplo la parte con el Monster Truck donde recorremos a toda velocidad una autopista mientras los cerdos nos lanzan bidones desde camiones a la vez que nosotros intentamos adelantarlos.

Los jefes finales también son la parte más trabajada del videojuego y no faltaran momentos en  los que nos vienen pequeños grandes recuerdos de Duke Nukem 3D, cuando nuestro hipervitaminado protagonista se enfrente a un gigantesco monstruo mientras no para de soltar hilarantes frases en contra de que le hará tras matarle, eso sí, algunos de ellos os costará sudor y sangre terminar con ellos, su mecánica suele ser muy fácil de entender, pero habrá ciertos momentos que con tanto enemigo apoyando al jefe se hará realmente desesperante.

Tampoco faltaran los guiños y las burlas hacia otros reconocidos títulos, como la aparición de la armadura del Jefe Maestro, momento perfecto para que Duke suelte una de sus grandiosas frases o el regreso de los cerdos policías y la inolvidable canción principal con una introducción que nos hace volar unas cuantas generaciones atrás para recordar los mejores momentos de Duke Nukem 3D, que gran época aquella…