Análisis Driveclub

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El club de los más rápidos

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Plataforma analizada: PS4
07/10/2014 15:05

Dentro de la selección de vehículos y categorías, echamos mucho de menos una más orientada hacia el rally; una prolongación de lo más lógica de un control tan basado en el derrape y la espectacularidad. Por ende, también echamos de menos otras superficies además del asfalto, como la tierra o el hielo, algo que le daría al juego mucha más variedad. Por otra parte esperamos con muchas ganas que lleguen al juego las carreras con lluvia, tanto por el aspecto visual, que promete, como por cómo la superficie mojada pueda afectar al control de los coches.

Driveclub

En cuanto a la conducción de los diferentes vehículos, esta es notablemente distinta tanto entre coches de diferentes categorías como dentro de la misma. El comportamiento en pista de cada vehículo difiere solo en cuatro variables: acelaración, velocidad máxima, manejo y derrape; lo que se traduce en coches muy veloces pero con un manejo más incómodo que el de un tanque, otros con gran aceleración pero con tendencia al derrape extremo, y todas las variantes que os podáis imaginar. El gran punto negro en este sentido es que no podamos modificar los reglajes de los coches en ningún momento, una decisión que creemos tiene que ver con la máxima igualdad entre jugadores en el online, aunque no hubiera estado de más poner un límite de mejoras en cada categoría, como sucede en 'Forza'. 

La deformación es leve: afectará a la pintura y apenas variará la forma de nuestra carrocería

La deformación de los vehículos en Driveclub, por otra parte, es bastante superficial -por muy grande que sea el choque que tengamos-, y solo afecta visualmente a la pintura del vehículo, que se raspará y deteriorará. Con los golpes apenas variará la forma de nuestra carrocería, algo que entendemos puede ser un requisito de las licencias de los fabricantes de vehículos premium, y no se nos penalizará con averías mecánicas en ningún momento (sí con algunos segundos con velocidad limitada si provocamos un choque o atajamos una curva por el medio).

Aparte de los reglajes inexistentes que comentábamos antes, la personalización está limitada a elegir entre el color por defecto del coche (que solo viene con uno de fábrica, algo que no entendemos), la mezcla de colores de nuestro club y nuestra mezcla personal. Según vayamos superando carreras y subiendo de nivel se irán desbloqueando nuevos diseños y logos que podremos aplicar a nuestro coche. Lo bueno de esto es que cada club podrá crear su diseño y escudo personalizados para distinguirse entre los demás, pudiendo elegir entre cientos de variaciones diferentes.

Driveclub

Si bien en el género de la conducción estamos muy acostumbrados a ahorrar créditos ganando carreras para comprarnos ese vehículo preciado que nos dará acceso a la siguiente categoría, en 'DriveClub' la obtención de nuevos vehículos viene asociada tanto a nuestro nivel de piloto individual como a nuestro nivel de club. En resumen, para desbloquear todos los coches, tendremos que conseguir subir de nivel reuniendo más y más experiencia a través de carreras (offline y online), completando desafíos de derrape, contrarreloj, velocidad media, etc. Este sistema de subida de nivel se ocupará de que tengamos la ocasión de probar la totalidad de los vehículos incluidos y la necesidad de utilizar muchos de ellos en eventos específicos. De esta manera, en 'DriveClub' acabaremos por desarrollar una conducción bastante versátil, ya que tendremos que hacer uso de muchos vehículos distintos. 

Visitando los cinco continentes (pero sin circuitos reales)

No encontraremos circuitos reales dentro de 'DriveClub', sino trazados ambientados en diferentes países de los cinco continentes: Chile, Canadá, Noruega, India y Reino Unido. La incursión o no de trazados reales como Monza, Silverstone o Montmeló es hasta cierto punto entendible, ya no solo por el problema de las licencias, sino porque los trazados en 'DriveClub' están adaptados a una conducción muy dinámica y con curvas bastante abiertas, algo que contrastaría con los circuitos de competición reales. El juego comienza su andadura con 25 circuitos de los que al final salen 55 rutas distintas por las que conducir. Importante comentar que se ha anunciado que nada más el juego sea lanzado, se comercializarán de forma gratuita 11 circuitos extra con hasta 23 rutas más.

Driveclub

'DriveClub' combina los trazados de ruta en carretera -tanto cerrados como de punto A a punto B- con los circuitos de competición (aunque estos son ficticios). Hay cierta variedad de entornos, pudiendo conducir en trazados en ambientes áridos, como el de la India; otros más oscuros y otoñales, como en Canadá; o completamente nevados, como los de Noruega. Son los de este último país los que más resaltan en pantalla y es que Evolution ha conseguido una gran recreación visual de entornos con nieve, algo que además los reflejos en la pintura de nuestro coche aún más vistosos. Lo que no nos ha gustado tanto es la inclusión de barreras invisibles en los laterales entorno con las que chocaremos en ocasiones; algo que creemos ya no tiene cabida en esta generación de consolas y que contrasta enormemente con propuestas de mundo abierto como las vistas en 'Forza Horizon 2' o 'The Crew' (¿no se podría haber llegado a un punto intermedio?).

Un conjunto visual poco equilibrado

En cuanto al apartado técnico, podemos decir que 'DriveClub' es una mezcla extraña de sensaciones; por un lado muestra elementos gráficamente impresionantes, como los vehículos en pista y por otro se muestra un entorno bastante plano y carente de detalles, además de incluir una iluminación general poco inspirada. El juego nos llega con una formidable resolución de 1080p que hace lucir el aspecto de los vehículos a las mil maravillas (el verdadero centro de atención del juego), pero por otra parte se queda en 30 imágenes por segundo. Esto a priori no tendría porque afectar demasiado a la jugabilidad, pero lo cierto es que a muy altas velocidades sí hemos notado bajones que manchan un poco la experiencia.

Driveclub

El principal problema de 'DriveClub' en lo visual está centrado en dos aspectos: el entorno que nos rodea (algo lastrado por una dirección artística pobre) y la iluminación géneral, sin matices y muy plana. En cuanto al entorno, elementos como los árboles, las montañas o el público tienen un aspecto muy poco trabajado y producen un feo contraste con el rotundo acabado de los 50 vehículos. Tenemos la sensación de que este aspecto del juego se hubiera dejado en un segundo plano en el desarrollo, o su acabado final hubiera empeorado respecto a los imponentes vídeos que hemos visto durante este año. Las introducciones generadas con el motor del juego donde se nos muestra el paisaje previamente a la carrera evidencian esto que comentamos: el diseño artístico cojea en este punto, con un aspecto que parece sacado de un editor de niveles.

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Cada conductor puede aportar su granito de arena aunque no sea el más rápido

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