Análisis Dragon Quest Builders

Dragon Quest abraza el género de la construcción con éxito

Debido a sus más de 30 años de experiencia, la saga ‘Dragon Quest’ se encuentra a día de hoy como uno de las referentes más longevos del J-RPG clásico. En su haber cuenta con una cantidad de títulos abismal de buena calidad y que actualmente goza de una buena salud en general, a pesar de que la gran parte de sus aficionados se encuentran en territorio japonés.

A lo largo de sus diferentes entregas siempre se nos ha ofrecido una tónica más o menos lineal, cada una con sus peculiaridades, pero más allá del cambio de personajes, guion y mejoras técnicas ha sido muy continuista exceptuando algún que otro spin-off. Para romper está dinámica hace algunos meses se nos presentó ‘Dragon Quest Builders’, título ya estrenado en Japón y que tras su puesta de largo no recibió una muy buena acogida debido a su similar planteamiento a ese fenómeno de masas que todos conocemos relacionado con la supervivencia y la exploración.

De primeras parece que su intención es no entrar a formar parte de sus muchas comparaciones pero solo el tiempo dirá si este estilo de juego termina pasándole factura. Mientras, nosotros hemos podido indagar en los últimos días un poco más en lo que ofrece de cara a su próximo lanzamiento el día 14 de octubre y a lo largo de este artículo os platearemos que nos ha parecido.

De vuelta a Alefgrado

De forma curiosa este ‘Dragon Quest Builders’ no se nos plantea como una historia original si no que actúa como secuela alternativa de la primera entrega de la saga. De esta forma la trama nos sitúa en el reino de Alefgardo, justo en el tramo final de esta primera entrega, con Draconarius forjando una alianza con el héroe de la aventura. De esta forma el líder supremo de los monstruos se hace con el poder, desatando la oscuridad por todo el reino y estableciéndolo como el hogar de sus súbditos, en el que evidentemente los humanos no tienen cabida alguna.

Viendo su población reducida y disipada, la humanidad perdió sus conocimientos en facetas como la construcción, medicina o alimentación; transformando así a los supervivientes en nómadas que viajaban entre las ruinas de su civilización destruida para obtener los pocos recursos que quedaban. Tras un largo período de desolación de la nada surge nuestro protagonista.

Tras darle nombre y forma, se nos presenta nuestro objetivo en estas tierras : actualmente somos los únicos que tenemos la capacidad de construir y restructurar la gloria pasada de la humanidad. De esta forma y martillo en mano comienza nuestra odisea para devolver la luz al reino que en su día nos perteneció.

Aunque no es algo demasiado típico en propuestas similares, la trama de ‘Dragon Quest Builders’ es nuestro principal objetivo, ya que para avanzar tanto en el título como en nuestras capacidades constructivas es indispensable seguir los objetivos que se nos fijan a lo largo de sus diferentes capítulos. No se complica demasiado y simplemente entretiene, planteando algún que otro dilema como el egoísmo del ser humano en tiempos de abundancia que sorprende que un título de corte más o menos infantil sea tratado.

Restaurando el reino

Nuestra aventura se plantea desde diferentes territorios presentados como capítulos. Cada uno tiene sus peculiaridades, por lo que los objetivos que nos soliciten serán distintos aunque todos parten del mismo punto en común, la reconstrucción de zonas clave de nuestra antigua civilización.

Como constructores legendarios tenemos la capacidad de convertir cualquier objeto que destruyamos en una materia prima que posteriormente podremos utilizar para construir diferentes tipos de instalaciones o utensilios. Al comienzo de la aventura nuestros conocimientos serán limitados pero cuantas más materias primas hallemos más posibilidades de construcción tendremos. De esta forma tenemos una sensación de progreso constante ya que con cada nuevo descubrimiento que realizamos se nos abren más posibilidades para obtener recursos más valiosos.

El sistema de construcción es bastante simple, podremos colocar los diferentes tipos de materias en zonas cúbicas delimitadas por una retícula. Los bloques u objetos podrán ser construidos en el punto que tengamos fijado, por encima o por debajo del mismo. Si mantenemos pulsado el botón de construcción nuestro personaje se mantendrá estático y se desplazará de forma lateral, cubriendo con los materiales seleccionados las zonas por las que efectuemos nuestro desplazamiento, ya sea en cualquiera de los tres niveles de altura. En si es un sistema sencillo y que funciona pero que padece de ciertos problemas con la cámara en ciertos espacios cerrados ya que nuestra visión es siempre en tercera persona.

La variedad de objetos que podemos construir es bastante notable. A nuestra disposición tenemos diferentes tipos de bloques para construir centrados en actuar como suelo o pared, con diferentes durezas, colores o aspecto, diferentes funcionalidades que nos ofrecerán una buena libertad de decisión a la hora de construir. A los fundamentales bloques hay que añadir los diferentes utensilios que nos permiten modificar nuestras materias primas, estos nos dan la posibilidad de cocinar, forjar armas y armaduras o construir todo tipo de menaje del hogar.

Realmente el número de posibilidades que se nos van abriendo mientras avanzamos para personalizar nuestras construcciones es muy amplia, centrándose en aspectos no solo prácticos sino que también decorativos que nos permitirán darle nuestro propio toque personal a cada uno de nuestros asentamientos.