Análisis Dragon Ball Z: Attack of the Saiyans

Jugabilidad

Estamos ante un juego de rol por turnos nada innovador. Manejamos con la cruceta a nuestro personaje, por escenarios en los que buscar tesoros o alcanzar objetivos. La interacción con el escenario es mínima: para accionar algún mecanismo, hablar con personajes y poco más. Este ritmo jugable de búsqueda es interrumpido en 3 ocasiones. La más básica de todas consiste en los cortes de escena o capítulo, donde mediante textos en perfecto castellano se nos explica cómo va evolucionando la historia.

En segundo lugar, la búsqueda la interrumpiremos en ocasiones para visitar las tiendas ¡cómo no! En ellas podremos comprar objetos de ayuda, anillos, objetos de combate o cápsulas Corp. Los objetos de ayuda nos permitirán recuperar salud y/o energía, recuperarnos de algún estado nocivo, así como reanimar a algún compañero que haya caído KO en combate. Los anillos nos darán habilidades especiales para mejorar a nuestros personajes, mientras los lleven puestos. Los objetos de combate se antojan el añadido más inútil de todo el juego. Porque, vamos a ver, ¿para qué va a querer Goku una bomba de fuego si su Kamehame es 700 veces más poderoso y destructor?

Además, hacia mitad del juego comprobamos que estos objetos tan sólo sirven para venderlos en la tienda a cambio de monedas. Por último, encontramos las cápsulas Corp, cada una con habilidades especiales. Podremos llevar hasta cuatro, pero sólo una de ellas en activo (aunque hay algunas que siguen funcionando o lo harán al 50% sin estar seleccionadas). Estas cápsulas permiten encontrarse con enemigos extraños, saber cuántos tesoros quedan en el mapa, atravesar zonas de lava, hielo o gas, usar el radar para encontrar las bolas dragón, etc. Como tercer escenario ajeno a la búsqueda, está el gran modo de juego, en el que pasaremos los mejores momentos.

Se trata de los combates. Están establecidos por turnos. Escogemos la acción de cada miembro del equipo y comienza la somanta de palos. Y es aquí donde Attack of the Sayans alcanza su punto álgido y nos regala a los fans momentos inolvidables. Cada personaje tiene, aparte de los movimientos básicos (ataque, defensa, uso de objetos o huida), ataques especiales: un combo de golpes cuerpo a cuerpo, dos ataques de Ki como el Kamehame o el Disco Destructor y dos ataques de diversa índole para causar estados sobre el enemigo o ayudar al grupo. A medida que provocamos daño o lo recibimos, se nos rellena el indicador de furia, que hace nuestros golpes más efectivos. Pero además, permite ejecutar movimientos especiales de Furia de un impacto brutal.

Por ejemplo, Goku puede usar la técnica de Kaito o Gohan arrancar de un ataque de rabia contenida. Muy duro tendrá que ser el rival para resistirlo. Pero eso no es todo. Porque si varios personajes del equipo tienen la furia a tope, con la combinación de golpes exacta podremos atacar al enemigo con combos de conjunto, ¡lo que ya es la leche! Atención a esa combinación de Kames entre Goku, Krilin y Yamcha.

Diversión

Este juego tiene una cualidad doble, que es a la vez ventaja y desventaja. Y es que si el jugador no cumple sus requisitos, no debe acercarse al juego, pero si cumple ambos lo encontrará irresistible. ¿Y cuál es esta doble cualidad? Pues, por simple que parezca, que es un juego de rol por turnos de Dragon Ball. Efectivamente. Si te da alergia todo lo que tenga que ver con el rol (aumentar experiencia, enemigos infinitos, búsquedas incansables de tesoros absurdos…) o si, al contrario, eres un rolero ya muy curtido y exigente como mereces, de títulos originales y complejos, en ninguno de los dos casos el título te saciará al 100%.

Pero es que, además, tienes que conocer (y debe gustarte, claro) el Universo dragonballniano. Porque si no, ya no es que no entenderás los cameos como el del conejo blanco, sino que no comprenderás la historia en sí misma, al no tener inicio o final cerrados. Ahora bien, pongámonos en el caso en que como jugador el rol no muy exigente te entretiene y te has tragado todos los episodios de Dragon Ball… ¡juegazo a la vista! De la historia de Toriyama respeta la linealidad y el espíritu de la obra. En ningún momento se muestra algún elemento fuera de lugar. La trama central es exacta a los cómics y dibujos originales.

Y las subtramas son cuanto menos interesantes y graciosas. Respecto al componente de rol, el juego se pilla al poco rato de jugarse y, poco a poco, se domina una serie de combinación de golpes y combos entre distintos personajes, que es impresionante. El juego no se hace pesado, aunque sí se vuelve demasiado fácil a partir de que se alcanza determinado nivel de experiencia. Ahora sí, Nappa y Vegeta hacen honor al nombre del juego y son realmente duros de pelar en combate, pero tranquilos que tardaréis más de 7 horas hasta que lleguéis al final del juego y seguro que, para entonces, tenéis las mismas ganas de derrotarlos que Goku y compañía.