Análisis Dragon Age: Inquisition

(Ps3, 360, Pc, PS4, One)

El RPG del año

Página 3

Plataforma analizada: Xbox One
11/11/2014 09:01
Dragon Age: Inquisition

Por seguir con otro ejemplo, abrir ventajas de rango 'Secreto' nos dará acceso a mejores habilidades para los pícaros o un alcance más grande de las investigaciones. Bioware ha sabido hilar la táctica para tener Thedas controlado lejos de todo tipo de enemigos y en todo momento bien suministrado junto a las opciones jugables; de esta manera el jugador siempre acabará picándole el gusanillo por hacer del mundo del juego un lugar mejor en base a la propuesta estratégica y con ello llevarse suculentos beneficios para sus personajes.

Una vez sobre el terreno, ya sea en Orlais o Ferelden, nos encontraremos ante un vasto territorio a explorar que queda diseminado en misiones principales y secundarias; en el caso de las primeras quedando indicadas con el nivel recomendado para nuestro grupo. Las centradas en las primeras en su mayoría siempre irán acompañadas de ciertos requisitos para avanzar en la trama. Desde conseguir un cierto número de puntos de poder o cumplir determinados encargos; pasando ir hasta la zona señalada en el mapa. Las misiones secundarias por su parte son abundantes, aunque por contra todas suelen seguir el mismo patrón: reunir X número de objetos o bien eliminar/buscar al personaje de turno. Un sistema muy parecido al que vemos en cualquier MMO y cuya excusa no es otra que la de incitarnos a abrir mapa, subir algunos puntos de experiencia o ganarnos la gratitud y por ende la influencia de los habitantes de Thedas. Durante nuestro periplo por el continente también encontraremos ciertas misiones de carácter no obligatorio como el descubrimiento de zonas antiguas; cerrar brechas y así no dar lugar a que los demonios invadan el mundo o la construcción de campamentos que nos sirvan para movernos más rápidamente por el mapa.

Acción o RPG clásico, tú decides tu estilo de combate

Una de las facetas que más dudas levantaban sobre 'Dragon Age Inquisition' era el sistema de combate. 'Dragon Age Origins' demostró que realizar juegos del estilo 'Baldur's Gate' era posible, inclusive llevando la jugabilidad de los enfrentamientos al pad de una consola. Por desgracia, 'Dragon Age 2' no obtuvo la misma acogida, viendo como la vertiente de la acción predominaba más sobre la del rol clásico además de limitar la experiencia incluso en PC. Bioware ha llevado a cabo un completo lavado de cara en este apartado, siendo ahora nosotros los que decidamos qué sistema de combate nos gusta más, cual se adapta mejor a nuestra forma de jugar, dónde nos sentimos más cómodos o inclusive dependiendo del tipo de periférico que estamos usando.

Dragon Age: Inquisition

Pero ¿es posible llevar a cabo un RPG en el que convivan la acción y el sistema clásico de vista isométrica? La respuesta es un tajante y rotundo sí. Teníamos nuestras dudas, para qué mentiros, pero el estudio ha trabajado de manera ardua para que el jugador al igual que toma decisiones durante toda la aventura a nivel argumental, también lo haga en lo referente a la jugabilidad; aunque también por supuesto el nivel de dificultad elegido influye. Ya os anunciamos que inclusive en Fácil el juego puede plantearse como un reto en ciertos combates si accedemos a ellos con la mentalidad de un "hack'n slash" o un "dungeon crawler". 'Dragon Age Inquisition' no es para nada un juego de machacar botones, sino un título en el que ir bien preparados tanto nuestro personaje como el grupo, así como conocer las ventajas y desventajas de los integrantes son clave para el buen devenir de la aventura.

El sistema de combate nos permitirá escoger entre la rama más centrada en la acción y otra más clásica con vista isómetrica

Dicho lo cual es hora de indagar en el que sin duda es el apartado con el que más tiempo pasaremos a lo largo del producto. Si optamos por la vertiente más enfocada a la "acción" -nótese las comillas- nos daremos cuenta que 'Inquisition' se deja disfrutar, aunque sus raíces y esencia sean bien distintas. El juego se transformará en una especie de 'Dark Souls' -salvando las distancias- en el que también participan otros personajes que pasaremos a controlar en cualquier momento con la ayuda de la cruceta. Así pues, con R3 por ejemplo fijaremos a nuestro objetivo de la misma manera que lo haríamos en la obra de From Software. Además, para enfatizar aún más el término de acción, algunas clases como el Guerrero por ejemplo contarán con habilidades que nos facilitarán la tarea desde esta perspectiva. Contaremos con acciones como la de atraer enemigos hasta nosotros con un espectacular gancho o incluso rodar para situarnos a su espalda y así asestar un golpe crítico a los enemigos mejor protegidos. Queremos dejar claro que estas palabras no os deben de confundir; rodar, atraer adversarios o aporrear RT/R2 como locos no os ayudará a salir indemnes de los enfrentamientos. Tenemos que vigilar nuestra salud, la energía a la hora de consumir habilidades mediante los botones asignados a éstas y por supuesto saber alternar entre los diferentes miembros del grupo para sacar el mejor partido de sus dotes, ya sean magos o pícaros.

En la otra cara de la moneda encontramos el sistema de combate más clásico, ese en el que deberemos de pausar la partida, pensar nuestro siguiente movimiento y asignar una acción para el grupo. Mediante 'Select' podremos desde cubrir a un personaje amigo, levantar una cortina de fuego delante nuestra que dificulte el acercamiento de los enemigos y facilite el ataque a distancia de nuestro arquero o bien coger desprevenido a los adversarios gracias al poder de invisibilidad del pícaro. Las opciones son tantas y tan satisfactorias todas ellas que desde 'Dragon Age Origins' no teníamos esa sensación de control en cada una de las situaciones que se sucedían en los combates. Es más, Bioware ha llevado ese control del combate un paso por delante con respecto a lo visto en la entrega original permitiéndonos que aún con la acción detenida, presionando RT los movimientos se desarrollen en base al tiempo que mantengamos apretado el botón; como si de rebobinar una cinta se tratara.

Dragon Age: Inquisition

Como decíamos en líneas anteriores todo dependerá en gran medida del nivel de dificultad escogido. Si bien es cierto que en Fácil el juego nos permitirá disfrutar de la cámara en tercera persona durante los combates, en Normal y dificultades posteriores será casi obligatorio optar por la vista isométrica, sabiendo qué acción y posición asignar a cada uno de los miembros del grupo. Una vez más, volvemos a los enfrentamientos vistos en 'Origins', esos en lo que  varios enemigos ataviados con armaduras pueden resultar un combate desafiante logrando la consiguiente victoria, pero confiarnos con un grupo de lobos puede darnos una sorpresa desagradable.

La importancia de un grupo equilibrado y bien preparado

Hemos indagado largo y tendido en el sistema de combate de 'Dragon Age Inquisition', dejando bien claro que independientemente del nivel de dificultad el juego nos propone todo un reto, ya sea frente a grupos de enemigos así como los temidos jefes que nos aguardan al final de una mazmorra o en alguna sección importante de la trama. Una de las formas de escalar con paso firme en la aventura es por supuesto tener un grupo bien equilibrado, equipado a la última y con todo tipo de pociones y demás ungüentos necesarios para cuando las cosas se ponen feas.

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9.6

Lo mejor

Misiones secundarias, coleccionables, exploración, tareas de Inquisidor. Es prácticamente imposible aburrirse

Argumento y personajes; Bioware vuelve a sus orígenes

El sistema de combate se adapta a cada tipo de jugador, tanto a la vertiente más clásica como al que quiera más acción

Lo peor

Las misiones secundarias, aunque abrumadoras en número, suelen repetir la misma mecánica

Ciertos aspectos técnicos no terminan de redondear un apartado que podría haber sido de lo mejor del género

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