Análisis Deus Ex: Human Revolution

Podréis pensar: "Vale, pero hay muchos juegos que pueden hacer un buen uso de él como 'Tomb Raider', el próximo 'Thief' o el interesante 'Murderer: Soul Suspect', por ejemplo". Bueno la decisión está tomada ya, el juego está a la venta desde hace pocas horas y al final 'Deus Ex' se ha llevado el gato el agua ¿Es el juego que se esperaba por parte Eidos tras las expectativas levantadas? No, sin duda alguna. ¿Sería justo ensañarse de mala manera con uno de los mejores juegos de la generación? Indudablemente no. Los usuarios de Wii U que no hayan tenido la oportunidad de jugarlo por no tener algunas de las plataformas iniciales, ahora sí podrán hacerlo. 'Human Revolution' bien merece una oportunidad, más aún si viene tan completo.

Eidos y Straight Right (encargada de portear 'Mass Effect 3' a Wii U con resultados contradictorios) se han encargado personalmente de esta Edición del Director para Wii U, PS3, PC y Xbox 360. No solo se incluyen los DLC que han ido saliendo, también se ha reconstruido parte del sistema de juego añadiendo nuevas opciones. El análisis que vamos a realizar es el de la versión de Wii U, puesto que es la que nos ha mandado Square Enix. Cabe decir que todo lo comentado aquí es extrapolable a las otras versiones, salvo un par de cosillas que más adelante detallaremos de forma breve. Por lo demás, salvo en el control y en los gráficos, no existirán diferencias entre las versiones mejoradas de 'Deus EX: Human Revolution'.

La era de la biomecánica

Todo aquel que ya haya jugado al título, puede saltarse este punto. Debido a que la gran mayoría de usuarios de Wii U no han tenido la oportunidad de disfrutar del juego, no podemos obviar ningún punto claro. Para empezar, nos encontramos en el año 2027, en la moderna ciudad de Detroit. Tomamos el papel de Adam Jensen, jefe de seguridad de Industrias Sarif y antiguo miembro del equipo S.W.A.T. Como miembro de seguridad de la empresa, su principal labor es encargarse de las labores de protección de los más altos cargos y de, por supuesto, todo lo desarrollado en Industrias Sarif. Esta empresa se encarga de la creación de aumentos, una serie de mejoras para los ciudadanos con deficiencias físicas, o no.

Estos aumentos van desde la creación de extremidades para combatientes que hayan sufrido amputaciones, o directamente a mejoras corporales, como mayor fuerza, mejor visión, velocidad o salto. Pese a estas mejoras para la calidad de vida, Sarif Inc. también  realiza otra labor, la de la creación de armamento robótico para el ejército. La industria no vive de la caridad y hay que sacar dinero de donde sea para financiarse. La doble moralidad es algo que se refleja a la perfección en el título de Eidos. Deja a las claras que la idea de, el fin justifica los medios, es algo bueno y necesario para el devenir de las cosas. La línea que separa lo que está bien de lo que está mal, no existe en este mundo gobernado solo por el poder y el dinero.

Siguiendo con el tema, cuando tomamos el control de Jensen, lo hacemos de un ser 100% humano, sin aumentos, un ser puro. Pero todo se tuerce al poco de comenzar, un misterioso grupo radical hace acto de aparición en el complejo industrial y empieza a matar a gran cantidad de científicos y personal. El objetivo de este grupo no es otro que acabar con la Dr. Megan Reed, descubridora de la cadena de ADN compatible con los aumentos biomecánicos. Lo que Jensen veía como algo antinatural, ahora lo verá desde una perspectiva in situ. Tras recorrer el espacio desde la oficina de Sarif hasta el despacho de Megan, seremos testigos del gran cambio que sufrirá Adam hasta el final de toda la aventura.

Jensen sufrirá en su cuerpo toda la fuerza de un humano aumentado. Tras sufrir una paliza mortal y atravesar un cristal antibalas, Jensen es disparado y dado por muerto por su agresor. Antes de eso, es testigo del rapto de su exnovia. Adam está literalmente destrozado, sus constantes vitales son bajas, la muerte está cerca, pero un equipo de médicos y bio-ingenieros de Sarif actúan con presteza y rápidamente implantan aumentos en el casi malogrado agente de seguridad. Con una impresionante cinemática que no escatima detalles, vemos como el cuerpo de Adam se transforma en una máquina de matar casi perfecta, pero con humanidad. La personalidad del protagonista sigue intacta y lo podremos comprobar en breve.