Análisis Detroit: Become Human

(PS4)

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Detroit: Become Human: En el corazón del androide

Quantic Dream nos trae una obra atípica que logra romper los moldes del videojuego tradicional y se erige cómo un punto de inflexión en lo que a desarrollo de personajes se refiere.

Plataforma analizada: PS4
28/05/2018 09:02
David Cage siempre se ha caracterizado por defender que los videojuegos son mucho más que un juguete, por ofrecer en sus obras auténticas historias que nos cautivan y nos hacen pensar en la profundidad y el calado que puede tener un videojuego. Detroit: Become Human es la culminación de su propósito; una película interactiva que logra remover nuestra conciencia hasta límites nunca vistos.
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Análisis Detroit: Become Human

Para afrontar la historia que el equipo de Quantic Dream quiere contarnos debemos empezar con una pregunta tan básica cómo compleja. ¿Qué nos hace humanos? Vivir, sentir, interactuar, son muchas las posibles respuestas a una de las preguntas más profundas que podemos hacernos y sobre la que centenares de filósofos han teorizado a lo largo de la historia.

Detroit: Become Human arranca desde ésta misma premisa y nos emplaza en un futuro distópico en la ciudad de Detroit en el año 2038. En este futuro la tecnología se encuentra tan avanzada que una poderosa compañía llamada Cyberlife ha comercializado varias series de androides con apariencia humana, que tiene cómo objetivo trabajar de forma esclavizada para los humanos. Sin ser el argumento más original del mundo, si que da pie a abrir una serie de dilemas morales de diversa índole que podremos vivir en nuestras propias carnes desde tres puntos de vista totalmente distintos a la ves que enriquece el ya de por sí poderoso lore de la obra.

Detroit: Become Human

Detroit: Become Human

En el corazón del androide

En dicho futuro la presencia de los androides ha propiciado que millones de puestos de trabajo hayan sido reemplazados por androides, una mano de obra mucho más eficiente y económica. Ello ha provocado que la tasa de paro haya aumentado hasta el 40% y la capacidad económica de la sociedad estadounidense se encuentre por los suelos. Paralelamente, la riqueza del país ha aumentado de forma exponencial gracias a Cyberlife y la buena relación de la empresa con la presidenta Warren. Tanto es así que algunas voces ya empiezan a sospechar de tráfico de influencias, corrupción y espionaje de los humanos mediante los androides que éstos adquieren.

Detroit ofrece 3 historias personales que terminan culminando de forma magistral en una historia troncal apasionante.

En una sociedad tan convulsa y enfrentada se suceden los enfrentamientos, sobretodo cuando empiezan a aparecer lo que se denomina androides divergentes. Éstos androides son modelos que, sin saber por qué, empiezan a actuar de forma independiente y se revelan contra sus amos de forma violenta. Androides que aparentemente pueden sentir emociones y sentimientos, algo para lo que no fueron programados y desencadenante de multitud de conflictos.

Detroit: Become Human

Los androides divergentes pondrán en entredicho nuestra moralidad

Llegados a este punto conocemos a los que serán los tres personajes principales de Detroit: Become Human, cada uno de ellos aportando una visión propia sobre la situación actual. Por un lado tenemos a Markus, un androide que poco a poco toma conciencia propia de su humanidad y decide unirse a otros divergentes para llevar a cabo una revolución en la lucha por sus derechos. En la otra cara de la moneda tenemos a Kara, una androide que tras sufrir un trágico suceso deberá escapar y cuidar de una niña humana, a la que cuidará como una madre mientras sobreviven en un entorno hostil. Por último tenemos a Connor, un súper androide diseñado para trabajar mano a mano con la policía de Detroit y capturar a los androides divergentes que están causando estragos en la ciudad.

Tres protagonistas, una revolución

El trío protagonista ofrece versiones muy distintas de un mismo conflicto y aunque de entrada puede parecer complicado, lo cierto es que cada uno de ellos tiene su propia historia y poco a poco la trama las irá entrelazando de forma magistral. Una trama de la que apenas podemos contaros nada sin entrar en spoilers pero que nos ha sorprendido gratamente por el amplio abanico de posibilidades que da al jugador. Mediante nuestras acciones y decisiones con cada uno de los androides podemos desencadenar multitud de situaciones distintas, algunas de ellas drásticas y que cambiarán el devenir de la historia por completo.

Detroit: Become Human

Kara, una androide con sentimientos muy humanos

Y ahí radica uno de los mayores alicientes del título. Será el jugador el que, mediante sus propias decisiones, escriba su propia historia de Detroit: Become Human. No estamos diciendo que haya infinitas posibilidades, pero si que hay muchos finales alternativos y muchas secuencias, misiones y objetivos que variarán de acuerdo a lo que hayamos hecho en capítulos anteriores. Ayuda en este apartado un esquemático diagrama que veremos al finalizar cada episodio y que nos mostrará el camino seguido y qué acciones daban lugar a ciertas consecuencias. Además el juego nos permitirá saber en tiempo real las estadísticas de cada una de las decisiones para saber cómo ha actuado el resto de jugadores de todo el mundo. Dicho esquema sirve para percatarse de la cantidad de posibilidades que Detroit: Become Human ofrece al jugador y para dar cuenta de la enorme rejugabilidad del título al ser capaz de ofrecernos tantísimos escenarios diferentes.

Androides que parecen humanos

Tiempo atrás, en el inicio de la actual generación de consolas, se hablaba mucho del “uncanny valley”, en español valle inquietante. Dicha hipótesis esgrime que cuando una figura robótica o una animación llegan a tal nivel de realismo que cuesta diferenciarlo de un humano real, se produce una sensación de rechazo en el espectador. Personalmente creo que Detroit: Become Human es el juego que más se acerca a dicha acepción, lo cuál no deja de ser irónico cuando sus protagonistas son androides que empiezan a sentirse humanos. El nivel de calidad de las expresiones faciales de Detroit es el mayor que jamás he visto en un videojuego, un fotorrealismo extremo que eriza los pelos desde el mismo menú principal del juego dónde un androide nos habla cómo si nos conociera de toda la vida -no en vano sus líneas de diálogo se rigen por lo que hemos hecho en nuestra partida-.

DBH 2

Connor deberá trabajar con un viejo policía para cazar a los divergentes

El nivel de realismo alcanzado es inédito por múltiples razones: en primer lugar no cabe duda que al tratarse de una suerte de “película interactiva” la carga de trabajo a nivel técnico es mucho menor, lo que permite dirigir más recursos a la carga gráfica del juego. Todo ello, sumado a los más de 2 años de rodaje con hasta 80 actores distintos han permitido que Detroit: Become Human se convierta en el videojuego con las mejoras animaciones físicas y sobretodo faciales de toda la historia, lo que unido a su excelente apartado artístico y su buen guión nos ofrecen una aventura inigualable

La dirección artística del juego es encomiable, pese a su ambientación sci-fi logra un realismo extremo.

Lo mejor de todo es que el juego mantiene unos altísimos valores de producción en todos los ámbitos. PlayStation España ha puesto toda la carne en el asador en la localización del juego y Detroit: Become Human llega perfectamente traducido y doblado al español. Sorprende en este apartado que tanto los protagonistas cómo los personajes secundarios han sido doblados por actores de gran calado en el panorama nacional, lo que deja buena muestra de las intenciones de la compañía por ofrecer un producto de altísima calidad.

Puestos a buscarle algún defecto lo cierto es que Detroit: Become Human cojea de lo mismo que las anteriores obras de Quantic Dream. Tanto en Heavy Rain como en Beyond: Two Souls una de las quejas más recurrentes de los jugadores fue la escasa jugabilidad que ofrecían. Pese a que dicho elemento se ha visto reforzado en el título que nos atañe, lo cierto es que seguimos echando de menos algo más de implicación del jugador en la acción. Quick Time Events y diversas opciones de diálogo son los momentos de mayor interacción que nos ofrecerá el juego, con mención especial a las investigaciones de Connor en escenas del crimen claramente inspiradas a las vistas en la saga Batman Arkham.

Detroit: Become Human

El juego logra poner de relieve nuestras emociones hasta un punto extremo

Habríamos agradecido algo más de libertad a la hora de movernos por los escenarios u ofrecer mayores posibilidades de interacción con el entorno, aunque es cierto que todo ello comprometería mucho el desarrollo de la historia troncal, bastante compleja de por si al contar con tres protagonistas totalmente independientes entre sí.

Un imprescindible

El catálogo de PlayStation 4 no deja de llenarse de joyas, y algunas brillan con tal fulgor que eclipsan los juegazos que salen a la par. Detroit: Become Human es una clase magistral del videojuego, de cómo es capaz de sumergirnos en su mundo, atraparnos con sus elaborados personajes y no dejarnos ni un respiro durante su endiablada trama. A nivel personal debo decir que nunca me han gustado demasiado los videojuegos que son tipo "película interactiva", pero no puedo más que aplaudir la última genialidad de Quantic Dream. Denso, potente, elaborado y único. Detroit: Become Human es una joya de PS4 y un juego para la posteridad.

9

Lo mejor

Toda una lección del poder de los videojuegos para contar historias

Un guión inteligente y complejo que mejora tras cada lectura

Las expresiones faciales de los personajes llegan a un nivel inaudito

El poder de decisión del jugador en el devenir de la trama es total

Lo peor

La interacción del jugador con el escenario sigue siendo un tanto escasa

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