Análisis Deception IV: Blood Ties

Todo un abanico de trampas a nuestro alcance

De entre las categorías de suelo, pared o techo podremos escoger antes de cada misión una serie de trampas para utilizar en los capítulos de la historia. Al final recibiremos puntos de creatividad, sadismo o humillación, además de dinero, que decidiremos invertir en la tienda para esos momentos entre los capítulos de la trama. ¿Y qué hay en la tienda? Lo más evidente: nuevas trampas enmarcadas en cada uno de los tres estilos que comentamos: la calabaza, que puede caer sobre un personaje, una cáscara de plátano, un rastrillo que pisa, un aspirador que te deja pegado a la pared…una gran bola de nieve capaz de atraparte…además de todo un arsenal de trampas relacionadas con cuchillas, pinchos, fuego, electricidad…y muchas más. De igual están disponibles habilidades como hechizos de curación para nuestro personajes, magias para hacernos más veloces o una de las más importantes, ranuras extras para llevar más trampas durante las misiones.

El nivel técnico de este juego no destaca en ningún apartado. Gráficamente, en PS3 no pasa de correcto y en todo momento da la sensación de que el desarrollo nativo se pensó para Vita y que posteriormente se ha trabajado en el port a PS3. Ha sido esta última la versión que hemos podido analizar y el resultado gráfico no pasa de correcto a nivel de modelado o texturas. En este sentido, el juego resulta algo pobre, puesto que más allá de la demoníaca protagonista que controlamos, el resto de personajes realizados con el motor del juego no son más que arquetipos de enemigos con un diseño muy estándar donde poco importa que nuestra próxima víctima se llame fulano, mengano o zutano. La situación se agrava cuando un juego que busca el coqueteo con la muerte, el sadismo, la humillación, en definitiva: sangre y casquería, sea tan blando en mostrar eso al público cuando estamos hablando de un juego que persigue divertirnos con la tortura y el sadismo. Los personajes no lucen nunca ninguna herida o presentan detalles “gore”. Tan solo se limitan a caer sobre un charco de sangre y punto, que venga el siguiente.

Una imagen vale más que mil palabras

A nivel narrativo no hay cinemáticas sino que el transcurso de la historia se desarrolla a través de imágenes estáticas con voces subtituladas. Esa es otra de las razones por las que creemos que este juego se ha pensado para la portátil pues esa forma de contar la trama es sobradamente conocida en juegos alejados de sobremesa. La máxima de la narrativa que nos dice aquello de “Muestra algo, no lo cuentes” se ignora en este título, trasladándonos por unas pantallas que se van llenando de texto entre los capítulos del juego salpicadas por escenas estáticas con los personajes hablando de igual manera. Es más, de hecho hay personajes que no tienen ni un diseño artístico, presentándose como simples siluetas o sombras, lo que resta aún más si cabe el interés o la empatía por aquello que nos están contando. 

La banda sonora que envuelve al juego cumple sin más en lo que se refiere a su función de acompañamiento mientras jugamos. Sus temas son poco variados y se repiten en exceso y por más que los escuchemos durante las partidas resulta difícil mantenerlos en la cabeza una vez dejamos de jugar, porque ya los hemos olvidado. Por su parte, las voces están en japonés sin la posibilidad de contar con un doblaje, no al castellano, sino al inglés por lo menos. Esto queda exclusivamente para los subtítulos que permiten ser leídos en inglés, francés o alemán.

Más allá del modo historia, el juego nos permite afrontar un centenar de misiones rápidas por tiempo, donde habremos de eliminar a los enemigos bajo una serie de condiciones siempre en el menor tiempo posible. Una vez más, un concepto que parece específicamente diseñado para la versión portátil. En este sentido también existe otra modalidad para crear nuestras propias misiones o desafíos de condiciones especiales, lo que amplía la rejugabilidad de este título.

A falta de modo online, misiones descargables

Si bien nos enfrentamos a un título que no admite el multijugador, sí existe un modo online que nos permite descargar misiones ideadas por otros usuarios. Cada una de ellas en una estancia determinada, con un número y clase de enemigos a batir. Del mismo modo, podemos ser nosotros los que subamos nuestros retos a la red para que la comunidad se divierta con nuestras propuestas.

A lo largo del tiempo que hemos podido jugar, nuestra opinión es la de estar viendo un programa macabro de televisión donde los espectadores conocemos la situación de las trampas y los concursantes van cayendo en todas las que vamos preparando. Nos ha recordado poderosamente a otro título apenas conocido y extraño como era 'Madworld', debido al sadismo y espectacularidad que quiere mostrar; con la diferencia de que este'Deception IV' lo hace “a la japonesa” -imponiéndose una autocensura que no entendemos, salvo para entrar en el PEGI 16- y a través de un género tan distinto como el S-RPG en contraposición al monocromo título para Wii, enmarcado en un hack'n'slash sin censura alguna presentado al público sin complejos.

Para los que sepan lo que buscan

En definitiva, estamos ante un título correcto sin ningún tipo de alarde técnico, tanto gráfico como sonoro, ya sea narrativo o jugable. Es un producto orientado hacia un público muy concreto, que sabe lo que busca, amante de la estética japonesa, cómplice de su extravagancia y excentricidad. Una obra para aquellos que busquen y sepan disfrutar de lo exagerado de su propuesta y del humor tan particular que desprende su mecánica.

Si te sientes identificado con el tipo de público al que va dirigido, que gusta de la cultura japonesa o si lo tuyo son los RPG estratégicos, os recomendamos su compra, especialmente la versión para PS Vita dado que el juego parece diseñado a todos los niveles para esta máquina. Si por el contrario no te convence su propuesta desde el primer momento, no busques más allá. Es un juego de poner trampas para matar gente. Y es que el concepto de “juego de nicho” nunca fue tan literal.