De Modern Warfare a Titanfall, historia de un desencuentro

Jason West y Vince Zampella os pueden sonar, o no. Seguramente sí, pues no es la primera vez que oís sus nombres en la web. Sin embargo, seguro que Activision e Infinity Ward le sonará a todo el mundo. West y Zampella eran los principales mandamases del estudio creador de Call of Duty, la gallina de los huevos de oro de Activision, y de la serie Modern Warfare. Tras dar buena cuenta con la Segunda Guerra Mundial, IW quiso dar el salto a la época actual y la forma en la que lo hizo fue todo un éxito. El conocido shooter bélico es uno de los títulos más aclamados por la crítica y el público, parece mentira, ¿verdad? Pero así era, hasta que a alguien se le cruzaron los cables y decidió tirarlo todo por la borda con una serie de “decisiones”.

Una mina de diamantes, pero conflictivos

Antes de que la saga cayese en el -¿otra vez lo mismo?, 'Call of Duty' gozaba de gran popularidad entre los jugadores. Su máxima expresión llegaba con el ya citado 'Modern Warfare'. Una historia bien hilada, personajes memorables y lo mejor de todo, un modo multijugador a la altura de las exigencias. 64 jugadores, mods, buenos mapas, servidores dedicados y todo el apoyo que la comunidad podía ofrecer, esto en PC claro. Citar esto a esas alturas de la película, tras ver como se ha degradado la serie, puede sonar a guasa, pero no, esto fue así, hasta la llegada de los DLC o contenidos descargables, en su mayoría de pago.

Pese a la degradación que ha sufrido la serie, 'Modern Warfare' o en general cualquier título de la serie, ha sido todo un éxito en cada copia duplicada. Da igual como venda con respecto a sus antecesores, ya sea un millón más o un millón menos,  el título es un superventas. Esta última entrega lanzada y desarrollada por el estudio de Infinity Ward, ha superado de forma fácil los 20 millones de copias vendidas. Es uno de los títulos más vendidos de la nueva generación de plataformas y se ha quitado a 'Battlefield 4' de encima de un plumazo. La obra de DICE, todo un portento gráfico, ha sido incapaz de plantar cara a la serie de Activision, todo un zorro viejo en saber como y con qué captar a los clientes. Más sabe el diablo por viejo, que por diablo.

Si sumásemos la trilogía, en sus diferentes versiones, los números resultantes serían escandalosos, pues nos iríamos a cifras superiores a los 30 millones de unidades vendidas. Si sumamos toda la serie, números más escandalosos todavía. ¿Qué tiene la saga que tanto vende? Acción a raudales, frenetismo en cada fase y patriotismo norteamericano elevado a la enésima potencia. No por otra cosa es uno de los títulos que más venden en los Estados Unidos. Cada vez que sale un 'Call of Duty' nuevo, las ventas se disparan, es en fenómeno parecido a 'Monster Hunter' en Japón. En el caso de EE.UU, Xbox 360 suele ser la más agraciada por el fenómeno de Activision.

Pero claro, como todo buen éxito, si este no se sube a la cabeza de los creadores o de los publicadores, no se considera éxito. La serie 'Modern Warfare' ha generado multitud de millones de  dólares para su beneficiaria, que no es otra que Activision. Por otra parte, también ha generado millones es royalties para sus creadores, en este caso Infinity Ward y es aquí donde vienen los problemas y la segregación del famoso estudio. El caso es más que conocido por todos, en Blogocio hemos hablado largo y tendido del tema. Le hemos dedicado varios artículos, bien por separado o bien en conjunto con otras cosas y es un tema que, incluso a día de hoy, da para hablar, pues su repercusión ha sido mundial.

Tras un “matrimonio de conveniencia” que se ha extendido durante varios años, Zampella y West decidieron salir de la que había sido su principal valedora, su mecenas. El principal motivo de todo esto, pues el dinero, incumplimiento de contratos y la negación al pago de unos royalties obligatorios por parte de Activision a Infinity Ward y sus trabajadores ¿quién sino iba a ser mas que el dinero el causante de este divorcio? Un divorcio que, por supuesto, ha pasado por los tribunales, con acuses de declaraciones, con Electronic Arts de por medio, para rizar más el rizo y acabó con la marcha de West y Zampella del equipo, así como un buen puñado de trabajadores más, 38 para ser exactos.

Para todo esto hay que remontarse al año 2010, fecha en la que da comienzo todo el embrollo entre estos dos. En pleno desarrollo de Modern Warfare 3 y tras ver como el comportamiento de Activision estaba cambiando, West y Zampella reclamaron a la editora los royalties que les debían, una suma millonaria. Activision, en lugar de pagar, decidió retener ese dinero debido para que no peligrase el desarrollo de la tercera entrega. Por la cabeza de Bobby Kottick debió pasar el fantasma de la deserción, que hubiese llevado a la no finalización del juego. Un hecho así repercute en las ventas y en la imagen dada a los usuarios. Con dicha retención, Zampella y West, acompañados por otros miembros del estudio, fueron a juicio para reclamar lo debido.

Se desintegra Infinity Ward, nace Respawn Ent.

Mientras tenía lugar el litigio entre Activision y los trabajadores, Zampella y West no se quedaron quietos y rápidamente fundaron Respawn Entertainment y con ello llegó el segundo lio. El nuevo equipo, formado por los miembros que abandonaron Infinity Ward, un total de 40 personas, empezó el desarrollo de un nuevo videojuego y se buscaron como publicista a “La peor Empresa del Año en los EE.UU”, Electronic Arts. Con esto, un nuevo culebrón está servido entre el trío, Activision-W&Z-EA. No hay amistad cuando el objetivo es el olor del dinero. Activision puso a su bufete de abogados a trabajar con un claro objetivo, sacar a EA 400 millones de dólares, alegando competencia desleal, espionaje y manipulación.

Como podéis ver, la amistad es una palabra que no aparece en el diccionario de las dos grandes desarrolladoras y publicistas del mundo del videojuego. Sobra decir que todo esto, cuatro años después, todavía sigue sin resolución definitiva y que lo único cierto es que Activision ha tenido que pagar 42 millones de dólares en diversos conceptos a todos los trabajadores del equipo de Infinity Ward. Una cifra que no se corresponde con las demandas de Jason y West, que pedían alrededor de 1.000 millones de dólares en conceptos de bonos y royalties. Entre las publicistas, se ha hablado de acuerdo extraoficial entre EA y Activision, pero se desconoce en que ha derivado todo ello.