Análisis Darksiders II

Buena duración, aderezada con una historia épica

Los usuarios de WiiU pueden estar tranquilos; no hará falta jugar a la primera entrega de la franquicia para conocer en profundidad el arco argumental de ‘Darksiders 2’ así como el trasfondo.

Desde que empezará el desarrollo del segundo capítulo de la marca, Vigil Games dejó bien claro que en ningún momento supondría una desventaja enfrentarse directamente a la trama de la secuela sin conocer el título original; aunque como suele ocurrir en estos casos, nunca viene mal poder dedicarle unas horas a uno de los juegos que han pasado sin hacer mucho ruido pero que mejor sabor de boca han dejado a miles de fans.

Antes de entrar en detalles sobre que encontraremos en las aventuras de Muerte, no viene mal hacer un poco de memoria o poner en situación a aquellos que no hayan tenido ocasión de catar ‘Darksiders’. 

El Infierno y el Reino de los Cielos despertaron del letargo en el que se hallaban sumidas sus diferencias y la Tierra se convirtió en el campo de batalla ideal para librar tan magna lucha. Pero claro, nada de este calibre nace de la noche a la mañana; Guerra, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis es llamado a juicio acusado de despertar el mal que tanto tiempo llevaba dormido y que ha sumido en el caos a ambos bandos en una lucha que no parece tener fin. 

Con el propósito de demostrar su inocencia, nos poníamos en la piel de tan peculiar personaje aceptando encargos de demonios y todo tipo de criaturas salidas de las profundidades del averno para llevar a buen puerto una tarea en la que nosotros parecíamos un mero títere.

Tras un final que no os vamos a desvelar por si alguien se anima a jugarlo, ‘Darksiders 2’ comienza en el momento en el que el caos ya está a merced de los combatientes y donde Guerra se debate entre la inocencia y la culpabilidad. Surcando parajes helados aparece Muerte a lomos de Desesperación buscando la redención de su hermano.

El épico viaje le llevara al País de las Fraguas, tierra de los Hacedores, máximos encargados de dar la vida en el resto de mundos que componen el universo. Ellos al igual que las demás razas y divinidades confían en que el Apocalipsis ha llegado a un punto de no retorno y donde la salvación mutua es una utopía; no serán pocos los habitantes del extenso mapeado que renieguen de luchar ante una batalla perdida para todo tipo de vida. 

Un jinete despertado de su sueño sin querer y cuya misión no es otra que dar una nueva oportunidad a la humanidad. ¿Fácil? Desde luego que no.