Análisis Dark Souls II

(Ps3, 360)

La oscuridad es tu camino

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Plataforma analizada: PS3
15/03/2014 12:00
Dark Souls II

Grupos de esqueletos, siempre complicados

Es innegable que 'Dark Souls II' se muestra más accesible al jugador y hay varios elementos que así lo atestiguan, pero cuidado, porque más accesible no quiere decir más fácil ni “casual”. Uno de ellos es la posibilidad de regenerar la barra de vitalidad gracias a las gemas de vida - objetos que se pueden comprar u obtener al derrotar enemigos - y los Frascos de Estus - se regeneran en cada hoguera -. Dichos artilugios pueden dar a entender que evitar la muerte se tornará fácil gracias a ellos, pero nada más lejos de la realidad, ya que su uso durante las batallas nos convierte en sujetos completamente vulnerables e indefensos a manos del enemigo.

Innegable también, al menos a nuestro juicio, es que el juego en su totalidad conforma una aventura más complicada pero también más divertida que la vivida en ‘Dark Souls’. La linealidad brilla por su ausencia y por momentos nos veremos completamente perdidos y desorientados, sin saber qué hacer. Para más inri, ‘Dark Souls II’ ofrece un universo considerablemente más grande y abierto que su antecesor, con todo lo que ello conlleva: una gran variedad de localizaciones - bosques, fortalezas, mazmorras, templos, etcétera - perfectamente recreadas con ese estilo agónico y nauseabundo característico, una gran variedad de misterios que resolver y, sobre todo, un mayor número de jefes finales a los que doblegar.

Otros hechos que añaden dificultad al título son la barra de vitalidad disminuida y el elevado nivel de precipicios y estados alterados. Respecto a lo primero, destacar que es una idea reciclada de ‘Demon Souls’. Cada vez que caemos en combate la barra de vitalidad máxima va perdiendo enteros, hasta reducirse al 50%. Con cada muerte nuestro personaje va perdiendo su apariencia humana hasta convertirse en un ser horripilante. Esta situación, muy problemática si cabe, se puede solventar usando una efigie humana, que restablece el estado de humanidad así como el tope de vitalidad máxima. No son demasiado abundantes, además para convocar personajes NPC para que nos ayuden a combatir al enemigo debemos hacerlo desde la forma humana, por lo que son vitales y usarlas con mucha frecuencia no es algo recomendable.

Dark Souls II

Esquiva o muere, tú decides

Uno de los puntos más controvertidos del título es la desaparición de los enemigos una vez eliminados un determinado número de veces. Esto da lugar a dos tipos de interpretaciones. La primera de ellas es hacer más llevadero y a la vez más accesible el camino a esa zona en la que nos encontramos atascados, eliminando hasta ese punto los enemigos que hemos derrotado en repetidas ocasiones. Y la segunda interpretación, por la que apostamos teniendo en cuenta el título que nos concierne, se trata de una medida que actúa en contra de la posibilidad de farmear - eliminar enemigos para acumular experiencia y subir de nivel -, limitando el progreso del personaje y obligando así al jugador a visitar otras zonas para seguir avanzando. Olvidaros por tanto de “jugar a subir niveles” con el fin de enfrentarnos a otras localizaciones en mejores condiciones. Sin duda es una característica que dificulta aún más la experiencia de juego.

En líneas generales y haciendo alusión al sistema de combate, estamos ante un apartado continuista al 100%: mismas mecánicas y tanta o más dificultad que su antecesor. Hasta el menos fuerte de los enemigos nos puede complicar la vida si no afrontamos con seriedad la batalla, más si nos enfrentamos a dos o más la vez. Usar de manera inteligente la energía y atraer a los enemigos a puntos estratégicos es imprescindible para sobrevivir en Dragleic. La lista de enemigos es muy variada, además podremos verles portar diferentes armas o realizar diferentes animaciones de ataque. En general su IA se ha visto mejorada, por lo que los jugadores más avispados ya no podrán aprovecharse de las caídas enemigas por los precipicios para ganar un buen puñado de almas.

Dominar el sistema de combate en su totalidad - maniobras de evasión, bloqueos y ataques - conlleva un largo proceso de aprendizaje. Una vez comprendido y dominado seguiréis muriendo igualmente - lo siento, esencia Dark Souls -, pero disfrutaréis de cada golpe asestado al enemigo, de cada muerte que cobre vuestro arma, de cada alma que suba al casillero. Así  encandila el título de From Software, ensayo-error permanente hasta conseguir el triunfo, momento en que esa sensación de satisfacción invade tu cuerpo y te anima a buscar nuevos retos a los que enfrentarse.

Dark Souls II

Mantener bien las distancias será de vital importancia

Al calor de las hogueras

Las hogueras siguen siendo puntos de descanso  y de teletransporte. Desde ellas podemos encender la antorcha y también quemar y reparar objetos. Cada vez que interactuemos con una hoguera por primera vez esta se activará y podremos viajar a ella desde cualquiera de las otras activas. Recorrer los escenarios en búsqueda de una hoguera en la que descansar será una de las máximas a tener en cuenta; avistar una hoguera cuando llevamos un gran rato lidiando con los enemigos produce un sensación de alivio indescriptible. La distancia entre ellas es relativamente corta, pero es tanta la dificultad que plantean los enemigos que nos parecerá haber recorrido un gran tramo del mapeado.

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9.5

Lo mejor

Mantiene viva la esencia Dark Souls

Su gran mapeado y sus localizaciones

El sistema de combate, fiel a la realidad

El nivel de dificultad, un desafío constante

Lo peor

Gráficamente pudo haber dado más de sí, sobre todo tras la demo técnica ofrecida

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