Análisis Cursed Mountain

Abundancia de colores predominantemente tierra dan forma a angustiosos recovecos de los poblados que se verán transformados cuando utilicemos “el tercer ojo” en escenas en blanco y negro con cientos de partículas levitando en la zona, efecto similar al que se recurrirá cuando Eric atraviese zonas infestadas de extraños espíritus y transmitiendo una sensación mucho más misteriosa.

Por otra parte, el modelado de personajes es simplemente correcto y muestran sus principales carencias en las escenas de corte que utilizan el motor del juego, que aunque pocas y breves, hacen ver la poca flexibilidad de estos. Detalle que ya observamos en las ortopédicas, ocasionalmente, animaciones de Eric que vienen dadas por su sistema de control que enseguida comentaremos. Por este mismo motivo se nos narra, de un modo más efectista, la historia en imágenes animadas.

Sonido

Buscando un ambiente de misterio e intriga, todas y cada una de las melodías que aparecen en el título de Deep Silver lo hacen, como no podía ser de otro modo, para aumentar esa sensación que se intenta transmitir, sin tomar protagonismo en ningún punto del juego. Momentos de silencio donde únicamente se escuchan los pasos de Eric, el viento soplar, voces misteriosas provinentes de ninguna parte y el sonido que dejan tras de sí los espíritus que se cruzan en tu camino serán recursos habituales y bien aprovechados que se verán interrumpidos ocasionalmente por comentarios del propio aventurero mientras nosotros continuamos nuestro camino.

Ya hemos mencionado que se ha doblado el título a nuestro idioma, hecho que no se prodiga mucho en Wii, pero lo que no se ha dicho es que el esfuerzo se ve recompensado con un buen doblaje, que no llega a destacar pero que sí se agradece el no leer subtítulos mientras dejamos todos nuestros sentidos en recorrer sus abiertos parajes, se comuniquen con nosotros por radio a través del altavoz del mando de Wii o por la propia voz de nuestro protagonista.

Jugabilidad

Decidir si el arriesgado planteamiento de Deep Silver para el juego es satisfactorio para el usuario es algo que no tiene una respuesta certera ya que su fenomenal aspecto visual y sonoro pueden llevar a confusión sobre su desarrollo. Tras un inicio tranquilo, muy tranquilo podemos llegar a pensar que simplemente se nos está introduciendo en la montaña a la que nos debemos enfrentar y al poblado que cubre su parte más baja pero no es así. Cursed Mountain es un juego muy pausado. Lo es tanto que muchos jugadores lo abandonarán a las primeras de cambio.

No existen escenas trepidantes ni de acción, únicamente se busca transmitir la sensación de estar un único hombre sometido a los peligros de una montaña infestada de extrañas voces, terroríficas leyendas y fantasmagóricas apariciones al mismo tiempo que nuestro héroe combate contra su propio “yo”. Ese mismo contrapunto es una de las grandes bazas del título: ver como todo lo que ocurre mientras escalamos el Chomolonzo afecta psicológicamente a Eric, no diferenciando lo que real de lo que no lo es y ofreciendo al jugador interesantes reflexiones.

Nuestras acciones básicas se limitarán a caminar y correr de forma lenta, a causa de la presión que sufre el cuerpo humano en condiciones extremas, golpear con nuestro Piolet (que podremos mejorar) para romper objetos y dañar espíritus para apartarlos y debilitarlos, acción que en ocasiones solucionaremos agitando los mandos si se abalanzan sobre nosotros. Porque para acabar con ellos de un modo más efectivo deberemos utilizar el “tercer ojo”. Sufriendo el cambio visual que mencionábamos anteriormente, está técnica será nuestro punto central en el sistema de combate del título.

Moviendo el mando de Wii o el Nunchuck acorde a las indicaciones que aparecerán en pantalla tras apuntar al punto débil del enemigo, evitaremos de un modo mucho más místico a las almas en pena que habitan la montaña y que por alguna extraña razón intentan que no lleguemos a lo más alto. No solo utilizaremos este peculiar ojo para esto, pero sí que lo haremos de la misma forma para abrir puertas selladas con extraños conjuros.

Básicamente esto es todo lo que haremos en el juego, a parte de recoger cientos de documentos que nos introducirán más si cabe en esta historia llena de mitos y leyendas, por lo que tras mucho tiempo puede resultar algo monótono. Más todavía si tenemos en cuenta que el combate a penas evoluciona a lo largo de todo el juego y se abusa de él en exceso en los últimos compases del mismo; al principio puede convencer por lo efectista y sencillo que resulta, pero esto mismo se convierte en su peor enemigo antes o después.