CD Projekt y las claves de su éxito

Antes de crear, distribuir

El mundo del videojuego es voraz, implacable, destructivo… Conforme vamos avanzando y evolucionando, la industria se vuelve más exigente con los estudios de desarrollo y no todos pueden mantener el ritmo. Ver cómo estudios míticos de desarrollo desaparecen no es nada agradable y el que lo celebre, sinceramente, debería mirarse esa cabeza. No es fácil empezar una aventura de esta índole, sobre todo, cuando lo haces de una forma tan humilde como lo hizo CD Projekt en su momento. Fundado en el año 94 del siglo pasado, el estudio polaco tuvo que empezar desde muy abajo para convertirse en lo que es hoy día. Ningún bebé nace sabiendo y necesita un periodo de aprendizaje para ver cómo funcionan los entresijos de la vida. Para un nuevo estudio es lo mismo. Antes de convertirse en grande hay que sufrir. El que empieza corriendo, pronto se la pega.

Evidentemente, no es el caso de CD Projekt. El estudio polaco dio sus primeros pasos en este mundo llevando a su país natal grandes obras del género RPG occidental que por una u otra razón, nadie se atrevía a distribuir. Así es, CD Projekt empezó sus andanzas en este mundo siendo distribuidora, lo cual no es nada raro ya que hay muchas empresas que hacen esto mismo y no han desarrollado un videojuego en toda su vida. Al ser la primera compañía polaca en llevar juegos de PC a su tierra, esto le sirvió para convertirse en una empresa de éxito al ver que la aceptación de los jugadores era bastante buena. Por supuesto, cuando uno genera expectación con su trabajo y consigue atraer clientes también consigue atraer la atención de las grandes empresas. Ávidas de abrir mercado y nuevos horizontes, compañías como Acclaim, Blizzard, Interplay o Psygnosis apostaron por ella.

Durante 8 largos años, CD Projekt estuvo picando piedra tras piedra hasta conseguir llegar a un nivel en el que podían permitirse evolucionar y mantener una estructura de negocio solvente y que no hiciese pasar malos momentos. La gran cantidad de contratos firmados con reconocidas empresas del sector para distribuir títulos de terceros fue únicamente el comienzo de lo que estaba por llegar. Su forma de trabajar encandiló a compañías y usuarios, que veían cómo el estudio se partía la cabeza para traer todo perfectamente localizado al idioma polaco. Voces, textos, manuales, cajas… Todo llegaba en perfecto polaco, sin distinción. CD Projekt se desvivió por los usuarios polacos y obtuvo su más que merecida recompensa. Con un equipo así de dedicado y teniendo el control total en Polonia, era cuestión de tiempo que diesen el paso lógico. Ese paso se consagró en el año 2004 con la fundación CD Projekt RED.

Nace CD Projekt RED Studio

Tras 8 años funcionando como distribuidora de juegos en Polonia procedentes de grandes empresas, la compañía fundada por Marcin Iwiński y Michał Kiciński ya estaba más que lista para empezar a dar sus primeros pasos como desarrolladora Third Party. Ahora le tocaba el turno a CD Projekt RED convertirse en la creadora y buscar apoyo externo. Podría resultar irónico, pero cuando una compañía empieza sus andares en este mundo tiene que tener clara una cosa, el que mucho abarca, poco aprieta. O haces una cosa, o no hagas ninguna. El recién nacido estudio fijó un objetivo concreto y fue a por él desde el principio. CD Projekt RED tenía las ideas claras desde que decidió dar el paso para convertirse en desarrolladora. Durante su etapa de distribuidora, la compañía polaca tuvo contacto directo con un género en concreto. Un género que la ha catapultado muy lejos y la ha convertido en referencia.

CD Projekt se especializó en distribuir títulos RPG de corte occidental y eso, a la postre, queda grabado en el ADN. Por sus manos han pasado grandes obras como 'Baldur’s Gate' y 'Icewind Dale' de Bioware, 'Diablo' o 'PlanetScape', obras muy importantes dentro del género. Al estar en contacto con algo así y ver que su desempeño comercial era muy alto, el estudio no lo dudó un instante y se embarcó en un proyecto que ha dado mucho de qué hablar y que nos ha mantenido pegados al teclado del PC durante cientos de horas. El género RPG occidental es, a día de hoy, algo que CD Projekt maneja a su antojo con una solvencia espectacular. Entre el estudio polaco y Bethesda tenemos asegurada una gran época de juegos de este corte. N obstante, para poder llegar hasta donde está hoy, CD Projekt ha tenido que bregar bastante y armarse de paciencia.

El estudio polaco comenzó su andadura en este mundo con menos de un centenar de personas y poco a poco se ha convertido en un equipo formado por más de 200 trabajadores. Las exigencias en los desarrollos y la evolución que vive la tecnología obligan a los estudios el tener que invertir en personal humano y equipamiento para garantizar su futuro y estar siempre a la vanguardia de todo. CD Projekt no ha sido menos y encima ha sabido cómo amoldarse a las exigencias que rigen este mundo. Con cada trabajo ha demostrado no solo un grado de exigencia enorme, sino también un compromiso del que no muchas compañías con una dilatada historia pueden presumir. No todo ha sido perfecto por supuesto, pero siempre han cumplido y han dado lo que en un inicio prometieron. Si cumplen su palabra, se perdona todo. –“¿CD Projekt cumple?”-. Os dejamos esta pregunta a vosotros.

El embrujo de The Witcher

CD Projekt RED empezó su andadura como desarrolladora independiente creando una trilogía RPG basada en la obra literaria de un conocido escritor polaco, 'The Witcher'. Tras haber pasado años distribuyendo auténticas obras maestras del género RPG occidental, el estudio apostó muy fuerte por llevar a videojuego una saga prácticamente desconocida por estos lares. Sobra decir que en su momento se trató de una apuesta que, a priori, podría resultar un completo suicidio ya que únicamente en Polonia y países circundantes era conocida. La obra de Andrzej Sapkowski narra una serie de aventuras protagonizadas por el brujo Geralt de Rivia y otros personajes muy conocidos para los amantes del videojuego. Si por algo destaca esta obra es por su madurez y el uso de las leyendas medievales europeas que toma como base para mantener enganchado al lector. Algo así hay que llevarlo al videojuego (al cine y TV no por favor, vaya bodrios) como sea.