Análisis Brave Dungeon

Brave Dungeon - retrospectiva al JRPG old-school

Desde el exitoso lanzamiento de Nintendo Switch, junto a la salida del nuevo Zelda, he tenido la sensación de que la comunidad de jugadores se ha visto realmente cambiada. Al parecer, y de cada vez más, no solo acercamos a las grandes masas la posibilidad de entablar partícipe de los videojuegos, sino que también la dificultad del mismo parece cambiar, adaptándose para poder adquirir un público más amplio y versátil. Durante todos estos años, en la industria de los videojuegos, hemos tenido auges en los géneros de las aventuras gráficas, o los videojuegos narrativistas, pero sin duda alguna el espíritu clásico se ha mantenido con vida en pequeñas joyas que podemos encontrar escarbando en la muchedumbre.

A veces he tenido la introspección, y la retrospección, de pensar si algo ha cambiado realmente en los videojuegos durante todos estos años, sí han evolucionado hacia un pensamiento más crítico, madurando considerablemente para demostrar todo su potencial, o si simplemente nos seguimos encontrando en un barco en el que un mero mástil, que junto a su vela, va ajustándose según el tiempo que transcurre. Hace unos días que llevo jugando a Brave Dungeon, la obra de un pequeño equipo de desarrolladores japoneses que encontró su fama con los dos juegos de Legend of Dark Witch, y que de alguna manera me ha hecho ver que pese haber pasado X años, la "mentalidad ludóloga" [en referencia a la ludología] sigue imperando considerablemente.

La aventura nos depara en las mazmorras de Belfer

Inicialmente Brave Dungeon sólo está disponible en la eShop de Nintendo 3DS, siendo el primer spin-off de la serie Legend of Dark Witch. Y seamos sinceros, desde un inicio se llevó parte de mi corazón al tratarse de un juego que contiene dos de mis cosas preferidas en el entero mundo del RPG: la vuelta base el combate del JRPG, ¡y las muchachas lindas del anime! La protagonista, la waifu principal del juego, es una cazadora de tesoros llamada Al, empuña una asombrosa guadaña y tiene en mente adentrarse a través de unas peligrosas mazmorras en busca de objetos mágicos preciosos.

En esta ocasión, como he mencionado, la aventura de Brave Dungeon nos llevará a atravesar un total de cinco mazmorras, con sus respectivos niveles cada una, haciéndonos luchar contra jefes finales cada vez que queramos seguir avanzando.

Seremos capaces de abordar cada nivel en el orden que nos convenga mejor, y de la manera que prefiramos. Sin embargo, cada vez que vayamos avanzado pisos, en la mazmorra en cuestión, los enemigos se vuelven cada vez más y más difíciles, a medida que Al (la protagonista) desciende hasta la planta baja de un calabozo en compañía de sus aliados.

En lugar de un juego de plataformas de acción, como eran las anteriores entregas de Legend of Dark Witch, Brave Dungeon nos trae un explorador de mazmorras. El cambio en el género también nos brinda un nuevo personaje principal, a Al. Cabe mencionar que no he jugado a las entregas de Legend of Dark Witch, pero por lo que he podido desvelar en la Red, Al era un jefe en el primer juego, y esta vez ella es ensamblada por un reparto de otros personajes de los títulos anteriores: Papelne, Stoj, Rudy, y Mari.

Lucharemos, sin importar quienes somos

Centrándome en la historia de Brave Dungeon, hay que mencionar que se mantiene al mínimo, lo que me resultó un poco extraño para un juego spin-off de Legend of Dark Witch.

Por lo que he podido encontrar en internet, los anteriores juegos presentaban una historia muy sencilla pero bien desarrollada, en Brave Dungeon, aparte de unas pocas líneas en el principio y final, no hay nada que conecte o entrelace a los personajes, al igual que las mazmorras, dejando de lado un lore que podría haberse potenciado bastante dando buenos resultados. Es cierto que en la taberna inicial (que actúa como una especie de lobby) podemos encontrar cierta información al respecto, pero resulta vaga, poco trascendente, y vacía de una cierta relevancia sostenible.

Está claro que estamos hablando acerca de un videojuego bastante simple, con claras limitaciones, y con intenciones no más allá que la de entretener, llevando al usuario al aire clásico del JRPG japonés. Pero me hubiera resultado muy interesante conocer otras perspectivas de sus protagonistas. Los miembros que podemos reclutar en la taberna inicial, y hacer que nos acompañen en la aventura, no desembocan ningún inicio de subtrama, ni se explica nada acerca de sus vidas, pensamientos, ambiciones o preocupaciones. Al final, después de varias horas jugando, todos los personajes que había usado para apoyar el avance de Al (la protagonista), me parecían "meros objetos". Desconozco si en Legend of Dark Witch se hacen mención a sus historias, pero en Brave Dungeon se les presentan como simples recursos que están allí, para doblegarse a tus órdenes. Ni siquiera me importaba cuando sus vidas llegaban a 0.

El combate puede ser duro, ¡hay que ir preparados!

Cada vez que subimos de nivel a nuestros personajes, desbloqueamos nuevas clases y habilidades; nuevas habilidades que permiten adquirir nuevas tácticas para experimentar libremente con ellas, y asignarlas a los personajes que nosotros queramos. Cada grupo de habilidades está bien definidas para diferenciarlas unas de otras, y algunas de ellas resultan realmente espectaculares visualmente, tratándose de un juego que ciertamente no destaca por exhibir un apartado técnico asombroso. Cada personaje adquiere nuevas habilidades al cambiar de clase, una vez que alcanza cierto nivel; los cambios de clase normalmente presentan dos opciones: cada clase dispone de una habilidad diferente y un incremento de estadísticas.

Podremos mejorar aún más las cuatro estadísticas que componen a nuestros personajes (ataque, defensa, magia, velocidad) haciendo y probando distintas builds en ellos, combinándolos con respectivas habilidades. Por otro lado los artículos son caros, para empezar, y se vuelven más caros cada vez que se compran; los artículos hacen todo lo que podríamos encontrar y esperar en un JRPG, proporcionando una manera rápida y confiable de curar y resucitar aliados. Debido a su coste, es recomendable reservar los ítems para las luchas contra el jefe.

La experiencia de Brave Dungeon se me terminó haciendo realmente pesada, al igual que lineal. El diseño de los pisos en las mazmorras no presentan ninguna trampa o truco, haciéndolos fáciles de pasar. Además, cada piso que compone una mazmorra, es el primer mapa de la misma (es decir, el primer piso de cada mazmorra en cuestión) con los pasadizos ordenados de distinta manera, y con los enemigos repartidos de forma aleatoria. Me pareció algo realmente lamentable, el hecho de ni siquiera considerar la posibilidad de hacer que cada piso intente parecer distinto al anterior, y esto derivó en que ya casi ni diferenciaba en que piso de la mazmorra me encontraba, dado que todos me parecían exactamente iguales. Es cierto que las cinco mazmorras que tenemos por explorar son diferentes y distintas entre sí, pero creo que podrían haber diferenciado los respectivos pisos que las componen.

Un nuevo horizonte de posibilidades

Brave Dungeon tiene un sistema de combate elegante, con un buen compromiso entre la facilidad de uso, la flexibilidad táctica y la complejidad.

Revive el espíritu clásico de los JRPG, y experimenta de una manera muy acertada con sus posibilidades. Sin embargo, Inside System creo que debería centrarse más en el diseño de nivel (no obstante la composición de los pasadizos era realmente inteligente) y tener en mente la posibilidad de expandir más sus hozirontes, dispone de los suficientes elementos como para componer un lore tremendamente interesante.

Visualmente hay que mencionar que los gráficos pixel-art y las animaciones faciales de sus personajes son excelentes, realmente adorables, pero todo lo demás me resultó aburrido de mirar. 

Brave Dungeon me ha hecho recordar buenos momentos en mis años jugando a Final Fantasy, a veces durante los combates podía ver las siluetas de verdaderas leyendas entablar una lucha épica contras los enemigos más terribles, esto podría considerarse como si Brave Dungeon no exudara una identidad propia, pero no es así. El juego tiene cabeza, juega bien sus cartas, y por encima de todo... ofrece lo que promete.

En lo personal me quedo ciertamente desanimado, por ser bastante ignorante en algunos aspectos, como no haber jugado a Legend of Dark Witch, no obstante esta pequeña joya me ha avivado la llama, me ha despertado la intriga, las ganas de adentrarme en el universo de sus respectivos anteriores juegos y, posiblemente, descubrir lo que más he echado en falta en este spin-off.