Análisis Baboon!

(Vita, PS4)

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Baboon!: Pobre monito

Baboon! es un plataformas de corte arcade que, posiblemente, se encuentre en la rara lista de juegos de plataformas en los que su protagonista es incapaz de saltar

Plataforma analizada: PS4
11/05/2017 11:46
Desarrollado por el estudio con sede en Euskadi Relevo, Baboon! se convierte en una aportación interesante al catálogo de PlayStation 4. Originalmente un título exclusivo de Playstation Vita, el mono más resistente a las explosiones llega a la consola de sobremesa de Sony para expandir su público. ¿A qué clase de aventura nos llevará Tumbili en Baboon!?. Análisis Baboon!
Baboon!

Baboon!: Una vez, en Villa Plátano...

Lanzado en 2015 para la portátil de Sony, Baboon! es un plataformas de corte arcade que, posiblemente, se encuentre en la rara lista de juegos de plataforma en los que su protagonista es incapaz de saltar. Entonces, ¿cómo se avanza? Pues, muy sencillo: a base de bombas. Como es obvio. Pero antes de entrar en terreno de jugabilidad, nos gustaría presentaros el mundo de 'Baboon!', un mundo que nuestro monito Tumbili tendrá que explorar. Tumbili es el hijo de una antigua estrella circense, un famoso mono que se hacía volar por los cielos a base de bombazos. Como buen padre, le enseñó a su hijo (que cada uno escoja si se trata de una enseñanza apropiada para enseñar a un hijo) su técnica para hacerse volar por los aires sin recibir ningún daño por si algún día esta habilidad resultaba útil.

Aunque parezca simple, que realmente lo es, en poco tiempo las cosas comienzan a complicarse

Y resulta que lo ha sido, pues el malvado pirata Baboon se está haciendo el control de la isla a base de estratágicas alianzas con las abejas, los pingüinos mafiosos o toda una carpa de circos de gatos, entre otros. Y es por ello que Tumbili decide poner pies en polvorosa y descubrir que es lo que está pasando en la isla. Como podéis ver, la historia tras 'Baboon!' no es la más compleja, aunque en situaciones trata de querer ser una historia compleja, como cuando te explican porque los plátanos flotan en el aire (¿qué necesidad había?) o cuando tratan de darle una profundidad innecesaria a personajes secundarios que poco aportan al juego más allá de una historia simple.

Pero por suerte, Tumbili y sus amigos son tan solo una excusa para algo mucho mayor que una historia que trata de ser simple y a la vez esconderse de su simpleza y dar de repente giros dramáticos innecesarios que tan solo ralentizan la experiencia.

Baboon!

Un desafío que castiga

A pesar de no ser capaz de saltar, Tumbili si es capaz de propulsarse en la dirección opuesta en la que pone la bomba. Gracias a esto, nuestro mono protagonista ira ascendiendo por niveles en los que deberá llegar a la meta en scroll vertical ascendente. Durante el camino se encontrará multitud de plátanos que podrá recoger, enemigos que entorpecerán su camino, zonas cerradas con llave y muchos pinchos. La base del juego es simple, simplemente consiste en alcanzar plataforma tras plataforma hasta llegar a la meta. Lo que resulta algo simple en cualquier plataformas, Baboon! lo convierte en un desafío debido a que en lugar de saltar has de propulsarte a base de explosiones, por lo que deberás calcular en relación al lugar donde coloques la bomba y la potencia que detonas la bomba. Y tan solo tendrás control sobre el lugar sobre el que posicionar la bomba, pues la potencia la podrás ver en todo momento en una barra vertical a la derecha de la pantalla que constantemente irá en aumento o disminuyendo a cada segundo que pasa.

Aunque parezca simple, que realmente lo es, en poco tiempo las cosas comienzan a complicarse añadiendo nuevos enemigos a los que acostumbrarse, plataformas móviles... Y creednos, se complica bastante y muy pronto a decir verdad. Por suerte, el juego tiene una pequeña ayuda en forma de guía que nos indicará con una línea hacia donde nos dirigimos. Pero si hacemos uso de ella, tan solo podremos optar a la primera de las tres medallas que se encuentran en cada pantalla.

¿De qué medallas hablamos? Las medallas que otorgan cada pantalla, tres en total. Estas medallas son desafíos extra para todos aquellos que desean aún mayor desafío y que dos de ellas se consiguen siempre igual. La primera, por completar el nivel y la segunda por conseguir todos los plátanos en el nivel. La tercera medalla varía según la pantalla: desde ir lo más rápido posible, utilizar un número concreto de bombas o acabar con un número concreto de enemigos, entre otras posibilidades.

Baboon!

Por favor, déjame ir al siguiente mundo...

A pesar de todo lo que hemos comentado, el juego tiene algunos problemas que convierten el título en algo que podía haber sido más. El juego constantemente rompe la dinámica de avanzar pantalla tras pantalla para hacernos ir hacia atrás a recolectar algunos objetos en pantallas anteriores para hacernos avanzar al siguiente mundo. Esto se repite demasiado a menudo. Ya sea para conseguir algún pescado para dar de comer a una chica motorista como para buscar unas plumas para despertar una foca obesa que bloquea el camino, el juego trata de hacerte pensar que tiene elementos de rol pero que la realidad es que lo único que hace es molestar el avance. Y

Evidentemente, no hablamos de misiones secundarias, que también las hay, sino de misiones obligatorias para pasar de un mundo a otro. El propio juego ya admite que has finalizado el mundo. Ya incluso ha saltado el logro por haber finalizado el mundo. Pero no, no puedes avanzar porque necesitas encontrar 3 bolas de lana para completar tu traje de pirata. ¡Maldita sea! Creía que ya había acabado el mundo, ¿por qué no puedo avanzar?

Las canciones, que fueron compuestas por Hideyuki Fukasawa, son posiblemente uno de los mejores aspectos del título

Las explicaciones son variadas, pero son simples excusas para alargar un título que se ve manchado por algo que se siente más unos castigos que unas recompensas. Forzar al jugador a rejugar pantallas pasadas es algo que no debería suceder en ningún videojuego. Y ya sea por querer avanzar al siguiente mundo como para conseguir más plátanos para realizar más compras que te permitirán comprar objetos que matan a los enemigos que justamente sueltan el objeto que buscas para luego fallar la pantalla y tener que repetir el proceso porque te has quedado sin el ajo que mata a los murciélagos. Y vuelta a empezar el proceso.

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Estética nipona fuera de contexto

Todo esto que hemos estado hablando además se encuentra en un contexto de estética anime que le da un toque más internacional de lo que realmente es. Con unos gráficos poco trabajados pero coloridos, cumple con su función de atraer a un público joven. Pero, no es un juego precisamente para niño debido a su alta dificultad. Esta estética le convierte en una contradicción. El juego, que ya de por si nace fuera de contexto por ser creado en la península ibérica, recuerda a títulos como Puyo Puyo debido a que hace uso de una imagen "kawaii" que da la sensación que el juego va a ser un paseo.

Además, algunos de los personajes secundarios parecen extraídos de otros videojuegos. En un mundo en el que los murciélagos llevan gafas de sol, los pingüinos son los dueños de la mafia y los babuinos son los reyes del mar, una chica motorista está introducida como algo muy forzado que ni tan siquiera parece pertenecer al mismo mundo. Pero, si gustas de este estilo artístico, es posible que le encuentres un aliciente extra al título. Por suerte, cada personaje secundario tiene su propio sprite que le dan bastante personalidad a cada uno, pero desde luego no es su mayor punto fuerte.

Baboon!

¡Tócala otra vez!

Por suerte, en el tema de la música y el sonido el título no tiene el mismo nivel que a nivel estético. Las canciones, que fueron compuestas por los Hideyuki Fukasawa, son posiblemente uno de los mejores aspectos del título. Canciones muy pegadizas que acompañan en calidad a un gameplay adictivo, querrás escuchar más de una vez el tema principal que a ritmo de ska nos invitará a iniciar la aventura. Temas de excelente composición que no te importará escuchar durante muchísimo rato a cada instante que mueras... y que serán muchas veces.

Aun así, no sabemos por qué, el título se encuentra a un nivel de audio muy alto y una de las primeras recomendaciones es que bajéis el volumen de vuestros televisores. En serio, hubo que bajar el volumen desde opciones porque está muy descompensado el nivel del audio. Que por muy buenas que sean las canciones, me gustaría conservar mi audición.

El resto de efectos de sonido tienen un excelente nivel también, con cada personaje teniendo su propia voz, por así decirlo. Y con Tumbili gritando a cada segundo, ni tan siquiera se hace molesto a pesar de lo que pueda parecer. Aun así, desde el mismo menú de pausa puedes desactivar el grito de nuestro protagonista en caso que moleste. Pero te puedes llegar a acostumbrar bastante rápido, a pesar de la poca variedad de sus gritos tras cada explosión.

Baboon!

Un monito que salva monitos

Al final, Baboon! es un juego con un gameplay sólido que constantemente introducirá nuevos elementos, ya sea en forma de nuevos elementos en la pantalla como en forma de nuevos power-ups que Tumbili obtendrá. Pero este gameplay se ve ensombrecido por unas decisiones que manchan la experiencia global. Retrasar la aventura en pos de obligar al jugador a rejugar pantallas anteriores no deja de ser algo más que parece más un castigo que una recompensa.

Aún sin contar con la obligación a rejugar, el título es desafiante y rejugable gracias a los desafíos que te arrojan en cada pantalla. Pero su estética engaña, haciendo creer que se trata de un título más dirigido hacia el infantil cuando en realidad los que más disfrutaran del título serán los amantes de los plataformas arcade al más puro estilo old school.  

7

Lo mejor

Un desafío a nuestra habilidad plataformera y de cálculo

La excelente banda sonora

Niveles que arrojarán constantemente nuevas situaciones

Lo peor

La estética engaña

Te obliga a rejugar niveles pasados para avanzar

Algunos personajes están fuera de lugar

¿Cómo analizamos?