Avance
Avance Super Mario Party: La diversión con amigos vuelve a sus raíces
Mario Party reinicia su andadura con su llegada a Nintendo Switch para volver a traernos la diversión que tanto echábamos de menos
La saga Mario Party nació en Nintendo 64 hace ya más de 20 años con el objetivo de concentrar en torno a la consola de cartuchos a cualquier grupo de amigos o familiares con ganas de pasar la tarde a lo grande. La forma de conseguirlo era trasladar la competición y el azar de los juegos de tablero tradicionales a un entorno 3D, añadiendo el carisma de los personajes del Universo Mario y sorprendiéndonos con minijuegos sencillos, directos y muy ingeniosos donde cualquier pudiera sobresalir machacando a sus rivales sin previo aviso.
Esa fórmula no ha cambiado en más de dos décadas pero lo cierto es que la saga no ha sabido reinventarse de la mejor forma, siendo incapaz de sorprender ofreciendo ideas frescas que funcionaran. Para colmo algunos planteamientos nuevos, como el hecho de desplazar a todos los jugadores a la vez por el tablero compitiendo contra Boswser no tuvieron el recibimiento que se esperaba. El resultado en estos últimos años es que Mario Party ha quedado relegada como una saga menor dentro del ecosistema Nintendo, dejando de acaparar la atención de medios y jugadores.
Tras probar a fondo Super Mario Party en Nintendo Switch ya podemos adelantar que esto va a cambiar: hay motivos para ilusionarse con el salto a la nueva consola. La saga abandona su numeración tradicional añadiendo un "Super" delante, una decisión que no es al azar: la intención es que el juego se convierta en todo un referente de juego en familia dentro de la consola, sacando todo el partido a los JoyCon de Switch y, en nuestra opinión, yendo mucho más lejos de lo que fue 1-2 Switch en su momento. Para lograr dar ese salto adelante, Super Mario Party deja de lado los experimentos de la novena y décima entrega y vuelve al sistema de turnos tradicional (cada jugador avanza por su cuenta), propone muchos modos diferentes cargados de contenido (algunos bien conocidos, otros totalmente nuevos) y además introduce un modo online por primera vez en la saga (aunque no consistirá en partidas de tablero completas).
Dentro de la variedad de modos incluida nos encontramos con el imprescindible modo de recorrer tableros para hasta cuatro jugadores donde hay que tirar el dado para desplazarse, pudiendo establecer el número de turnos que queramos. Nuestro objetivo último es convertirnos en el que más estrellas recolecte al finalizar todos los turnos, pero para poder comprarlas primero tendremos que ir ganando monedas (si no nos las roban) y obteniendo objetos para obtener ventaja mientras nos desplazamos por las casillas. Tras finalizar cada ronda, nos enfrentaremos a todos los jugadores en divertidos minijuegos donde nos jugamos la paga, vamos las monedas.
En este modo de juego hemos podido probar varios tableros distintos, cada uno con sus particularidades -como un calamar protegiendo una casillas que nos envía a la salida si caemos en ellas- y lo cierto es que todos con un equilibrio de dimensiones bastante interesante, ni muy grandes ni muy pequeños. El transcurso de las partidas sigue la norma de cualquier Mario Party: las posiciones pueden cambiar en cualquier momento, un turno puede darle la vuelta a todo y el ganador no siempre es el más previsible.
Sin duda la mayor novedad de este modo reside en el carácter que se le ha dado a los distintos personajes del universo Mario, asignando a cada uno la posibilidad de tirar un dado exclusivo más arriesgado o más conservador dependiendo de cada uno (por ejemplo, el dado de Wario tiene muchos lados con 5 o 6, pero otros que nos restan monedas). También como novedad apuntad el hecho de que ahora vamos a poder practicar cada minijuego antes de comenzar para cerciorarnos de que todos los jugadores saben lo que tienen que hacer. Tendremos un total de 80 minijuegos de los que os hablaremos en el análisis final, ya que aún es pronto para dar un veredicto (aunque lo probado hasta el momento cumple, sacando partido principalmente de los JoyCon).
Fuera del modo tradicional de tablero, una de las mayores novedades con las que llega Super Mario Party es Torrente de aventuras, un modo contrarreloj donde hasta cuatro jugadores cooperaremos por avanzar lo más lejos posible atravesando unos rápidos en barca. Tendremos que remar de forma coordinada moviendo los JoyCon para avanzar más rápido y llevar la embarcación por donde queramos, consiguiendo bonificadores de tiempo, pasando por turbos y sobre todo, accediendo a divertidos minijuegos cooperativos que nos darán más segundos. Podremos elegir entre todos por qué caminos del torrente de agua queremos desplazarnos, así que aunque lleguemos al final, podremos volver a jugar en otra ocasión para acceder a otras áreas a través de caminos alternativos.
No hemos podido echarle el guante a todos los modos de juego de la versión final, pero sí hemos tenido tiempo de probar La habitación de juegos de Toad. Se trata de un interesante modo que hace uso de una tecnología de Nintendo Switch que permite conectar las pantallas de varias consolas a la vez (será necesario un juego por consola); de esta manera los desarrolladores han jugado con su ingenio para proponernos varios minijuegos, como crear un mapa 2D personalizado para batallar con tanques colocando dos Nintendo Switch juntas a nuestro antojo. También hemos podido probar un minijuego de unir las dos mitades de un plátano correctamente, girando las pantallas de ambas switch a modo de puzle. En resumidas cuentas un modo que demuestra cómo Nintendo se ha apretado las tuercas para sacar partido de Switch con Super Mario Party.
Super Mario Party puede ser el soplo de aire fresco que la saga merecía después de tantos años y parece que viene a cubrir un hueco muy interesante dentro del catálogo de Nintendo Switch. Se echaba de menos en la consola un juego de reuniones potente que poder llevar a cualquier parte y con el que añadir salsa a las reuniones familiares y con amigos. Si Super Mario Party consigue cumplir lo prometido, cogiendo lo mejor de todo lo aprendido durante 20 años de historia, todo apunta a que puede ser todo un éxito en el ciclo de vida de Switch, ese juego salvavidas que nunca viene mal tener en la funda "por si acaso".
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