Análisis Assassin's Creed IV: Black Flag

(Ps3, 360, Wii U, Pc)

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Entre asesinos y piratas

Nos ponemos el parche, la pata de palo y el loro en el hombro, para visitar la edad de oro de la piratería en la piel del capitán y assasin del credo Edward Kenway

Plataforma analizada: PC
14/11/2013 13:40
Nos encontramos en tiempos en los que un producto con una buena base, puede ser aprovechado hasta no dejarle ni una gota de interés por parte de los jugadores. Una de esas franquicias es, claramente, ‘Assassin´s Creed’, que durante varios altibajos en muchas de sus entregas, parece que por fin han encontrado una dirección correcta en la que seguir haciendo uso del Animus para viajar por diferentes épocas de nuestros antepasados.

Los jugadores, por primera vez en la serie, se visten de Piratas y se ponen en la piel de Edward Kenway, el abuelo de Connor Kenway y capitán del Jackdaw, el barco que controlaremos a lo largo de la nueva aventura de los Asesinos del Credo. Aunque seguramente a todo os sonará de algo, 'Black Flag' puede haberse convertido en uno de los mejores videojuegos basados en el mundo Pirata, con permiso del de Guybrush Threepwood, con un mundo precioso en la que el jugador puede moverse con mucha más libertad que en anteriores entregas.

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Tras pillar por sorpresa a los usuarios con la continuación directa de 'Assassin´s Creed III', nos ponemos el parche en el ojo y cogemos nuestra pistola para surcar los duros mares del Caribe, a través de un gran barco, para vivir una épica aventura repleto de peligros y giros argumentales. ¿Te vienes con nosotros?

¡¡PIRATAS¡¡

El videojuego ha dejado a un lado la historia de Desmond Miles, que finalizó con un desenlace que quizás no fue todo lo redondo que los usuarios buscaban, puesto que tras varias entregas, el camino de Miles se estiraba hasta llegar a un momento en el que no parecían tener nada claro en qué dirección deseaban ir.

En la historia de 'Assassin´s Creed IV: Black Flag', fuera del animus, es decir, en el presente, controlamos a un empleado de la Industrias Abstergo que sirve de enlace con la historia que rodea la franquicia, incluso con el mundo real, utilizando el Animus como una especie de experiencia en la que incluso la propia Ubisoft parece formar parte de los juegos de los Templarios y los Asesinos. Es más, parte del mundo, fuera del Animus, parece tratarse de un simple puente para que los jugadores conozcan datos y otras revelaciones de Abstergo, además de las posibles referencias acerca de las ambientaciones de las próximas entregas, entre otras curiosidades, y todo visto desde una perspectiva en primera persona.

Assassin's Creed IV: Black Flag

Bienvenido a la edad de oro de la piratería

La tecnología de Abstergo ha mejorado con servidores de memoria genética que hacen que cualquiera pueda sumergirse en el recuerdo de los demás. Nuestro protagonista acudirá a Montreal, el lugar en donde se encuentran las oficinas de Abstergo, para ser contratado como nuevo trabajador de la organización. En la parte actual, habrá zonas para explorar, hackear servidores para encontrar secretos de Abstergo y coleccionables de audio sobre empleados de Abstergo en los años 80. Durante nuestra visita en Abstergo, conoceremos nuevos personajes y nos volveremos a encontrar con viejos conocidos.

Tras conocer nuestro nuevo puesto de trabajo, el Animus volverá a ser la máquina que conseguirá traspasarnos a los recuerdos de un antepasado, en este caso un Pirata con un destino que le llevará través de La Habana, Kingston, las Islas Caimán y Nassau. Entre viaje y viaje, nos encontraremos con legendarios personajes de la historia como Barbanegra, que jugará un papel importante cerca del protagonista.

Edward Kenway, es un personaje muy parecido a Ezio de 'Assassin´s Creed II', quizás incluso algo más creído que el propio Auditore. Su deseo es encontrar un gran tesoro para ser un hombre rico, por lo que no es un Assassin al comienzo de la aventura, es más, la famosa ropa de los Asesinos es algo que literalmente roba y que lo lleva por el simple hecho de que le gusta cómo le queda.

Assassin's Creed IV: Black Flag

Edward Kenway se prepara para surcar los mares

El camino de Edward se complica tras cruzarse con los Templarios, grandes enemigos de los Asesinos. En mitad de la búsqueda de El Observatorio, un lugar que contiene inmensos tesoros, Edward consigue ser un gran estorbo para los Templarios, por lo que muy pronto conocerá su camino como un Asesino del Credo, aunque en un principio no este muy interesado en serlo.

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8.5

Lo mejor

La ambientación Pirata

Muchas actividades para realizar

Un mundo bello al que explorar

La música con sus acordes son fantásticos

Lo peor

Algunos fallos importantes en el apartado sonoro

Falta de innovación

La historia del presente podría ser algo más profunda

La IA sigue siendo nefasta

¿Cómo analizamos?