Análisis Assassin's Creed II

(360)

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Plataforma analizada: Xbox 360
26/03/2010 23:00

El vil metal será necesario para un buen número de acciones, desde teñir nuestra ropa o sobornar a un pregonero para que olvide nuestro nombre y bajar el nivel de búsqueda, comprar armas (por fín contamos con un buen surtido entre dagas, espadas o martillos), curarnos y comprar botiquines (gracias a Dios abandonando la recuperación progresiva, un sinsentido en este tipo de juegos), mejorar las distintas piezas de nuestra armadura, comprar bombas de humo, venenos... incluso podremos usar las monedas para arrojarlas al suelo y crear bullicio, muy útil cuando querramos escapar o infiltrarnos.

Pero hay más, usaremos nuestro capital para pagar los servicios de los mercenarios para apalizar y las prostitutas y ladrones para distraer mientras nos colamos en alguna estancia o simplemente prefieramos mantener el anonimato. También podemos utilizar el dinero para invertirlo en nuestra villa de Monteriggioni, un gran añadido que nos servirá como centro de operaciones y que podremos lustrar mejorando distintos edificios en varios niveles (iglesia, pozo, prostíbulo, herrería) o comprando distintas obras de arte, lo que nos dará ventajas, más popularidad a la Villa y, a consecuencia de ello, los ingresos subirán como la espuma.

Si a esto le sumamos la buena cantidad de objetos a descubrir - ya sean páginas de códice, plumas, sellos de nuestros antepasados asesinos o estatuillas - nos damos cuenta que el juego invita a exprimirlo a fondo, a dar con todos sus secretos por las recompensas que se ofrecen al descubrirlos. En general el juego está plagado de buenos momentos, algunos se quedarán grabados en vuestras retinas como la fiesta del Carnaval de Venecia o el primer paseo con el invento volador de Leonardo, pero sin duda hay que destacar todas las misiones asociadas con la búsqueda de los sellos de los asesinos.

Accederemos a recintos cerrados por una puerta secreta - pero de fácil localización - y avanceremos superando fases de plataforma, sigilo, puzzles o persecuciones hasta dar con la citada tumba. El desarrollo de estos niveles es sobresaliente y le aporta una variedad muy refrescante, mientras los puzzles nos obligarán a darle al coco para saber cómo llegar al siguiente punto de control en un entramado de vigas y salientes, las persecuciones plataformeras nos obligarán a ejecutar saltos rápidos con la tensión de no poder fallar. Recuerdan en gran medida a los clásicos Prince of Persia y personalmente me parecen lo mejor del juego.

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Pero no todo van a ser alabanzas, ya que hay varios puntos en la jugabilidad que le restan varios puntos y hacen que el título no alcance los galones que persigue. Aparte de los ya mencionados problemas con el control, la IA de los enemigos y aliados es en muchas ocasiones lamentable, encontrándonos a menudo con guardias que acuden a nuestro encuentro en un tejado y vamos arrojando al vacío sistemáticamente sin ninguna complicación, como si de ovejas se trataran.

Tambien criticamos el modo de completar algunos asesinatos, el eje central de las misiones que a menudo pueden acabarse con una buena escalada en el sitio apropiado, ir derechos a la víctima y clavarle la daga, burlando toda la seguridad (exterior e interior) y obviando las distracciones, infiltraciones, envenenamientos y demás. Es decir, el juego te ofrece distintas formas de acabar el trabajo, pero se pierde un poco el sentido si podemos hacerlo de una manera tan fácil y directa.

Multijugador

A pesar de que un modo online nunca le viene mal a un sandbox y que ya se sabe que el próximo Assassin's lo incluirá (aunque aún no sabemos de qué forma), las andanzas de Ezio sólo pueden disfrutarse en el modo de un jugador, reduciendo este apartado a los polémicos contenidos descargables en forma de dos nuevas memorias para el Animus que nos proporcionan dos misiones de una hora de duración aproximada.

Gracias a un sistema propio de Ubisoft denominado Uplay, que integra un servicio de logros con puntos que podremos usar para descargarnos distintas mejoras como un tema para la consola, la ropa de Altair, cinco cuchillos adicionales o el acceso a la cripta de la familia Auditore. Esos puntos también servirán para canjearlos en otros juegos de Ubisoft como RUSE o el próximo Splinter Cell: Conviction. El sistema también ofrece una guía para ayudarnos a completarlo e incluso compartir rankings.

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Conclusion

La compañía francesa nos regala un viaje al Renacimiento, un recorrido por la vida de un jóven sin preocupaciones cuyo destino le hará convertirse en uno de los mejores asesinos de la historia. Una gran superproducción engalanada con una titánica representación de Italia (sus monumentos, la arquitectura, el vestuario, toda la información de los lugares más emblemáticos...) superando la calidad técnica de su antecesor y presentando una variedad jugable mucho más rica.

Si Ubisoft consigue solucionar los distintos problemas encontrados, como una mayor dificultad en los asesinatos o una IA más competente, e incluso consigue introducir con éxito el multijugador como apuntan las informaciones al respecto, las próximas entregas podrían situar a la saga en lo más alto del olimpo. Mientras tanto, os divertiréis con las andanzas de Ezio y sus 20-25 horas de juego. Italia os espera y seguro que su gran final os deja con ganas de más.

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Lo mejor

Excelente ambientación de Italia en su mejor época, apoyada por una gran banda sonora.

La historia está mucho más cuidada y las misiones tienen una variedad muy superior.

El desarrollo de Ezio en habilidades y aspecto, nos identificaremos más con él.

Las fases de tumbas le otorgan una frescura muy bienvenida.

Lo peor

La IA de los enemigos es muy mejorable, tanto en persecuciones como en la batalla.

El control nos dejará vendidos en más de una ocasión.

Los atajos nos ofrecen asesinatos demasiado sencillos.

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