Dominical: Infinity Ward y su fábrica de terroristas

Llevo unos días enervado por el tema de la censura de Left 4 Dead 2 y Modern Warfare 2 en territorio australiano, que parece estar armando revuelo en otros territorios para regocijo de algunos sectores más conservadores. La gota que ha colmado el vaso y me ha impulsado a escribir este dominical es la noticia que han dado desde los informativos de Antena 3 sobre Modern Warfare 2, en la que se decía entre otras cosas que encarnábamos a un asesino cuyo jefe era un ruso con malas inteciones, que el contenido violento era excesivo o que debemos acribillar civiles para nuestro cometido. ¡Y todo esto se ha armado por incluír a los terroristas como bando a escoger en el multijugador! ¡Maldito legado de Counter Strike!

Ahora resultara que mostrar un conflicto real con sus contendientes correspondientes es ofensivo e inmoral, mientras que nadie duda en reconocer el mérito de grandes producciones cinematográficas que tratan sobre temas similares con la misma madurez. Es otro tipo de expresión, que requiere otro tipo de contenidos aunque el significado y el trasfondo sea el mismo. Un juego necesita online; si los bandos son soldados y terroristas, ¿está realmente mal incluirlos? Imagino que la opinión dependerá de cada uno, y de si aún cree que este ocio es exclusivo de niños. La próxima vez, que Infinity Ward cambie a los terroristas por nazis, que parece que las sociedades protectoras de niños no tienen problemas en que nos pongamos en su piel a pesar de que el daño a la sociedad fue igual o más grande que el de los terroristas.

Pero la cuestión principal no es esa, es ante todo informar con criterio y veracidad. ¿Encarnámos a terroristas? ¿El objetivo es acribillar civiles? Cualquiera que conozca la saga Call Of Duty sabe que las cosas no son así. ¿Para que inventar datos y convertir en noticiable y exclusivo algo que no lo es? Imagino que la moral y la ética es algo que algunos periodistas perdieron en el lavabo de la redacción. Aunque no es la primera vez que la víctima de esa falta de rigor son los videojuegos.