Okami, el legado de Clover

En Wii todo es mucho más vivo además de poseer un control mucho más "orgánico".

Como dato curioso, el tratamiento de los colores durante la saga se ha visto levemente retocado. Sin ir más lejos, la versión de Wii ganó en intensidad cromática y relegando de forma sutil el granulado del papel de acuarela que tenía una mayor presencia en PS2. Esta decisión no agradó a todo el mundo, ya que se alejaba de los tonos más apagados y “artesanales” propios de la técnica en la que se basan y que para su aparición en NDS directamente se descartó.

Creando arte

Si hay algo que defina a Okami, además de su aspecto visual, es la interacción jugable del jugador sobre los escenarios y la forma en la que lo hace. Mientras se decidía la dirección artística a tomar, el director de Clover, Atsushi Inaba, pensó que sería maravilloso hacer partícipe al jugador de la obra de arte en lugar de tan sólo observar.

La precisión de los trazos en NDS no tiene rival.

El Pincel Celestial tomó forma y ahora Ammy podía dibujar el Sol, hacer florecer los cerezos y reconstruir tramos derruidos; Okami había tomado forma de genialidad.

No hubo ni un solo pero en el sistema de control implementado en el título original para PS2, pero cuando Wii fue anunciada todo el mundo imaginaba poder dibujar con las bondades que ofrecía el controlador de la máquina. Capcom escuchó a los usuarios y permitió reconstruir Nippon de una forma más natural que nunca.

¿Se podía mejorar? No parecía la portátil de doble pantalla de Nintendo suficientemente potente para soportar la obra original de Clover, pero en Capcom se pusieron manos a la obra con un nuevo título en el que utilizaríamos el stylus de la consola como Pincel Celestial. Y ahora que lo tenemos entre manos sólo podemos decir que funciona, y con mayor precisión que nunca.

Pero no sólo de arte visual vive el mundo de Nippon porque todo esto se endulza con instrumentos clásicos japoneses para unas melodías inspiradas en obras clásicas de auténtico lujo permitiéndole conseguir el BAFTA de 2008 a la mejor banda sonora videojueguil.