Nuevo personaje desbloqueado: Shinji Mikami

Y entre ese horror, un hombre corre con desespero por este macabro escenario. Jadeando, se desliza a tropezones por este infierno laberíntico hasta que logra encerrarse en un despacho, no sin antes apuntalar la entrada con un escritorio de caoba que tenia cerca.

Gesto inútil, por otra parte: esto no evita que terrible criatura que lo persigue destroce la puerta, aparte con sosegada furia el objeto puesto adrede para evitar su avance y se dirija despacio, pero sin pausa, hacia el atemorizado individuo, que ahora se acurrucaba entre sus propios brazos, sentado y temblando de terror, en la esquina contraria de la estancia.

-¡Zombie!- Grita al deformado monstruo. Pero como si estuviese negado de razón, el deleznable engendro no cesa en su avance, mientras profiere lamentosos gemidos. Pronto alcanzo al tembloroso hombre y lo agarra por la cabeza con sus putrefactas manos. -¡No! ¡Yo soy tu creador!- De nuevo, caso omiso a las súplicas. Sin más, el zombie abre con un gesto seco pero potente la cabeza del pobre varón.

De ella extrae lo que más ansía del débil humano: su cerebro. Levanta entre sus manos el viscoso elemento, en un nervioso éxtasis de impaciencia por saborear tan suculento manjar. Se lo acerca y abre la boca, dispuesto a darle el bocado inicial. Tras hacerlo, y sin saber muy bien porqué, el zombie empieza a ver en su mente como la vida del hombre al que acaba de matar pasa ante él. Lo primero que le vienen son dos nombres: Shinji Mikami y Resident Evil...

Las primeras imágenes son algo confusas; quizás sea la infancia de este individuo. Algunos de estos flashbacks muestran un enorme puente de madera, formado por cinco arcos recostados sobre tres imponentes pilares de piedra. Este puente cruza de una orilla a la otra del río Nishiki. La gente se sitúa alrededor de la impresionante estructura, la fotografía y alaba su increíble realización.

Se trata del puente Kintai-Kyo, una de las estructuras arquitectónicas más famosas de Japón, que se sitúa en la ciudad de Iwakuni. Esta ciudad esta situada a unos 45 km. de Hiroshima, y es el lugar más visitado de la Prefectura de Yamaguchi. Quizás el reclamo sea el imponente castillo que el clan Kikkawa construyó hará unos 400 años al final del puente antes mencionado, o puede incluso que la variada fauna y los bellos bosques también tengan algo que ver.

Pero la cuestión es que es un lugar natural y de gran interés, además de una de las zonas de más belleza del sur de Japón. Aquí nació y se crió el genio de Mikami entre los años 60, 70 y principios de los 80. Se traslado a la gran ciudad de Kyoto para cursar una carrera en la gran Universidad Doshisha. Imaginémonos el potencial que tendría este por aquél entonces joven de 25 años que ya al salir de la universidad fue llamado a las filas de Capcom. Algo vería esta gigante del ocio electrónico en el chaval.

La verdad es que al llegar ya lo pusieron a trabajar como planificador (persona que estudia las mejores vías para aplicar los sistemas informáticos a un proyecto) de algunos títulos de GameBoy y SNES. Sus primeros trabajos no fueron muy conocidos: Capcom Quiz: Hatena no Daiboken y ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, ambos para GameBoy.

También participó en un proyecto de juego sobre F1 que finalmente se canceló. Metió la nariz en SNES, como ya hemos comentado, en el gran Aladdin, juego que gustó a muchos jugadores como por ejemplo el que suscribe estas líneas. Continuó en la línea de juegos "infantiles" para SNES con Goof Troop, esta vez encargándose del diseño del título. ¿Quién le iba a decir después de estos títulos tan light que iba a crear el referente de los Survival Horror, y que además lo dotaría de gran crudeza y gore?

La vida da muchas vueltas, pero sin duda Mikami esperaba la oportunidad para hacer un título propio, personal, y con ello saltar a la fama. Había demostrado su buen hacer tanto en diseño como en ideas. Vaya, que el chico promesa que Capcom contrató seis años atrás había demostrado que la confianza demostrada en él no era en vano. Es por ello que Capcom decidió darle carta blanca para dirigir su primer proyecto. Arriesgado, pero solo con algo de riesgo se consigue triunfar. Y vaya si triunfó la empresa nipona...