Nuevo personaje desbloqueado: Peter Molyneux

[Actualización] Con motivo del premio BAFTA otorgado a Peter Molyneux, rescatamos el primer artículo de la línea Nuevo Personaje Desbloqueado, que hablaba precisamente sobre el creativo británico. Esperamos que el tiempo lo haya tratado bien.

[Artículo original] Inglaterra, 1959. El movimiento hippie se extendía, los primeros avistamientos oficiales de OVNIs crecían en el centro de la isla y el Punk emergió en los ambientes más underground de Reino Unido. En esta época convulsiva, de cambio y de acuñamiento de nuevos términos frescos y jóvenes, una pareja de Guilford -capital del condado de Surrey-, zona sureña de la isla donde también nació Lara Croft nueve años después -¿casualidad?-, decidió tener un hijo.

A pesar de vivir en un pueblo importante, con glamour, sus padres no eran ni mucho menos unos ricachones. Simplemente vivían bien. Lo que si que tenían claro es que su hijo tendría lo necesario para hacer su vida, y llegar todo lo lejos que deseara. Se dedicase a lo que se dedicase, sus padres siempre lo iban a apoyar. En ese contexto tan acogedor dio sus primeros pasos en la vida un pequeñajo con un futuro grandioso, cuya seña de identidad principal sería la innovación: bienvenidos a la vida de Peter Douglas Molyneux, también conocido como Mr. Hype.

La verdad es que Guilford fue el lugar perfecto para el crecimiento del pequeño Peter. Es un pueblo a unos 20 kilómetros de Londres, con todos los servicios de una ciudad pero el encanto de una pequeña villa. En la parte más urbana, Guilford tiene pubs, discotecas, montones de tiendas y sobretodo, academias, escuelas y la gran Universidad de Surrey. Eso es importante: en este pueblo se le da gran importancia a los estudiantes, tanto autóctonos como venidos del extranjero. Ello ayuda al desarrollo de los jóvenes talentos que acudan allí con intención de llegar alto. Pero la verdadera belleza de Guilford reside en sus vastos campos y bosques, preciosos riachuelos y granjas de ensueño. Si os molestáis en buscar algunas imágenes no podréis evitar compararlas con los paisajes de Fable y Fable II.

Sin duda este entorno ayudo a que Molyneux se moldeara como el genio que conocemos hoy en día, y también condicionó en aspecto y la magia que sus obras destilan. Un paraje glamoroso, de interés intelectual a la vez que nos ofrece unas agraciadas vistas de la naturaleza inglesa. No es casualidad que la mayoría de estudiantes que viajan a las islas para aprender inglés escojan Guilford como destino, ya que a todo esto hay que sumarle una población realmente encantadora. Por este pueblo casi paradisiaco han pasado figuras como Lewis Carroll, Terry Jones o Paul Burchill. El niño creció y se convirtió en un joven muy emprendedor e inquieto. Ya comenzaba a moldear su carácter excéntrico, y su mente prodigiosa dibujaba pequeños esbozos de lo que posteriormente serían rompedoras ideas artísticas.

Es por ello que, acabada su excelente formación primaria en la intelectualmente excitante Guilford, se decidió a estudiar Ciencias de la Computación -nombre que se le daba por aquél entonces a la licenciatura de Informática- en la Universidad de Southampon. No solo lo movió su curiosidad por los ordenadores, sino que había puesto su ojo en el, por aquel entonces, joven arte de los videojuegos. Todas esas increíbles ideas que en su cabeza pululaban tenían que ser extraídas, ¿que mejor canal que los videojuegos, donde los limites son algo más extensos que el cine, para vomitar todo ese popurrí de fantasías? Molyneux lo tenía claro: iba a desarrollar juegos sí o sí. Y no solo eso, sino que iba a romper con todos los cánones establecidos. El motivo de esto es que no solo tenía una inquietud artística, sino también lo movía una intencionalidad de avance científico aplicado al ocio audiovisual. Esa sería la premisa de todos sus trabajos, si bien no siempre lo lograría. Creía en lo que hacía, pues lo hacía con pasión.

Una vez terminó sus estudios se juntó con Les Edgar, un amigo suyo especialista en ingeniería electrónica -y actual alto cargo de EA-, para fundar la compañía Taurus Impact Systems-nada que ver con la gigante de los electrodomésticos-. Durante esta etapa inicial, se dedicaron básicamente a la distribución de los míticos floppy disk para Atari y Commodore 64, y también a la creación de bases de datos. La experiencia y el trabajo en ese último campo le sirvieron a Molyneux para dar forma a su desconocida ópera prima: The Entrepreneur. Molyneux ideó un juego basado, precisamente, en la dirección empresarial. Tendría un sistema de juego en texto, y se apoyaría en una elaborada base de datos -aquí es donde entra en juego la experiencia en este campo-. Así que se puso manos a la obra con su primer título.

Estaba emocionado, su mente volaba e imaginaba la cantidad de posibilidades que su juego incluiría. Realmente creía que iba a ser un auténtico bombazo, tanto que amplió el tamaño de su correo para poder recibir la enorme cantidad de peticiones que, según el creador británico, iba a recibir. Tiempo después el juego estaba terminado y listo para lanzarse. En 1984 salió al mercado The Entrepreneur. Molyneux se dedicó a poner anuncios en revistas y a hacer copias del juego con dos grabadoras. Pero la demanda no estuvo a la altura de la imaginación del pobre Peter: el juego vendió la triste cifra de dos copias, una de ellas adquirida por la madre de Molyneux. A pesar del espíritu emprendedor de Molyneux, este terrible fracaso lo hundió moralmente.