Blogocio Scene Investigation: Los DLC

Nuevos contenidos en un juego ya creado, una premisa que resulta interesante teniendo en cuenta sobre todo teniendo en cuenta el precio actual de los productos. Pero, ¿vale todo en este mundo? Ha habido casos, concretamente y sirviendo como ejemplo el de Prince of Persia, en el que para ver el final real del juego lo debíamos descargar. En otros casos, el contenido estaba preparado antes del lanzamiento del juego, por lo que podría haberse incluido...las empresas parecen estar conformes con este tipo de movimientos, pero nada más lejos de la realidad: "No estamos a favor de la existencia obligatoria de los DLC", comenta del Moral, "Ha de aportar algo, bien sea niveles extra, modos de juego adicionales, nuevos uniformes, personajes, modelos de coches, etc". Parece que tienen claro que el usuario no es tonto y necesita algo a cambio de su dinero, pues "deben ofrecer un contenido que sea atractivo y por el que los consumidores estén dispuestos a realizar un desembolso económico". Queda claro, quid pro quo. Y más en los tiempos que corren. Los datos dan la razón a estas declaraciones: mientras que los episodios descargables de Grand Theft Auto IV y Red Dead Redemption han sido un éxito, mientras que muchos otros han caído en el olvido por no ofrecer nada especial. Para las empresas es un punto importante en su estrategia, no por obtener beneficios por el mínimo esfuerzo, sino por la visibilidad que los contenidos le dan al producto. Tal y como indica el ejecutivo de Koch Media,  y en contra de lo que muchos piensan, "El beneficio sobre el DLC no es cuantificable en términos económicos, por lo menos en este momento, sino sobre la permanencia en las tiendas del juego original". Si las empresas juegan mal sus cartas serán las principales damnificadas, pues la decisión final la tiene el usuario.

Otro ejemplo de esta tendencia la encontramos en las recientes palabras de Brian Farrell, el director ejecutivo de THQ, sobre el futuro de los videojuegos. Farrell opina que acabarán siendo gratuitos, y que la gente a la cual le guste el título se descargará gran cantidad de contenido descargable para ampliar la experiencia. Sería algo muy cómodo y beneficioso para las dos partes, aunque puede convertirse en un arma de doble filo si las empresas se dedican a explotar estos contenidos ofreciendo, en el formato gratuito, una ridícula porción que ni tan siquiera pueda ser disfrutada. ¿Y que es de la teoría de la lucha contra la piratería? Con la alternativa de los contenidos descargables ya instaurada y totalmente normalizada, sería lógico que sus efectos contra esta lacra ya se hubieran notado.