Análisis Akaneiro: Demon Hunters

Del aspecto gráfico (sobresaliente) pasamos al sonoro, que no sale tan bien parado. La música pasa desapercibida en todo momento. Está realizada con instrumentos orientales y podría haber sido el complemento perfecto del apartado visual, pero por el contrario se hace repetitiva y no ayuda a meternos en ese ambiente del Japón antiguo. Cuando entramos en combate, ocurre más de lo mismo: melodías bastante sosas en las que ni reparamos porque aportan poco.

Vender el alma para poder seguir con vida

En ‘Akaneiro’ la moneda es el ‘karma’, unas gemas rojas con las que podemos comprar equipamiento en la tienda, desbloquear nuevas zonas de misiones o desbloquear habilidades. El karma se puede conseguir pagando con dinero real o, dentro del juego, matando enemigos, abriendo cofres y completando misiones. Es muy positivo que todo sea accesible sin que gastemos un céntimo, pero por otro lado es desesperante administrar las gemas y progresar, porque todo vale karma y los precios son muy elevados.

Las misiones no dan demasiado karma

Para que os hagáis una idea, una habilidad básica de nivel uno cuesta 1000 gemas, y completar una misión (10-25 minutos) puede darte 500 de karma. A ello hay que sumarle el karma que dejan los enemigos al morir (no más de 3 o 4 gemas), y el que conseguimos vendiendo objetos (los que conseguimos en los primeros niveles se venden por menos de 10 gemas). Es muy frustrante. Tienes quehacer la misma misión una y otra vez para conseguir el dinero suficiente. Y si mueres en mientras haces esa misión y no tienes karma para resucitar, a empezar de nuevo. Cada vez que se resucita, el precio sube... Creo que es fundamental que los enemigos den más karma, se hace muy tedioso avanzar sin dinero para aprender habilidades o comprar objetos.

Precios populares. Algunos objetos son inaccesibles

De cacería por tierras niponas

Para jugar a ‘Akaneiro’ solo necesitamos el ratón (la rueda central no tiene utilidad), el tabulador y los números 1,2 y 3. Nos movemos y pegamos con el clic izquierdo y realizamos habilidades con el resto de botones. En combate, tendremos que hacer tantos clicks como ataques queramos lanzar a nuestro enemigo, ya que las peleas no son automáticas.

Solo podemos tener tres habilidades equipadas a la vez: con el click derecho hacemos la principal, y con los números 2 y 3 lanzamos las otras dos. Las habilidades consumen maná, que se regenera automáticamente. Como he comentado, podemos tener un máximo de tres equipadas a la vez, pero si pulsamos tabulador podemos cambiar a otras tres, y a otras tres más. Resumidamente, hay tres grupos de tres habilidades cada uno que podemos ir alternando con tabulador.

Las habilidades se sitúan abajo, a la derecha

La dificultad general es elevada. Como dije, cada misión tiene un indicador para que nos hagamos una idea de cuánto nos va a costar acabar vivo, pero igualmente tendremos problemas para sobrevivir. Subir de nivel con nuestro personaje supone una mejora de atributos, pero también que nos podamos equipar con mejores objetos y la posibilidad de aprender habilidades cada vez más fuertes. Es indispensable tener varias para poder curarnos, porque habrá ocasiones en las que estemos rodeados por más de diez enemigos. Los jefes finales son, en general, bastante difíciles y es muy probable que nos maten alguna vez.

Aunque hay muchas misiones y son rejugables (aumentando la dificultad), llega un momento en el que el juego se vuelve monótono. Todas las tareas que nos mandan son de llegar al final del mapa y vencer a un monstruo. Podría haberse incluido un modo contrarreloj, combate 1 vs 1 contra un jefe final, cooperativo, etc. En definitiva, ofrecer variedad y no simplemente una dificultad cada vez mayor a medida que completamos las misiones.